BRASILIA.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, le propondrá este jueves a su colega de Venezuela, Hugo Chávez, considerar a Brasil como sede para el encuentro entre el mandatario venezolano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), anunció hoy el portavoz presidencial.
El vocero oficial Marcelo Baumbach, que hoy entregó detalles de la reunión entre Lula, Chávez y el presidente ecuatoriano Rafael Correa, que se realizará este jueves en la norteña ciudad de Manaos, manifestó que Brasil se ofrecerá como sede del encuentro que busca conseguir la liberación de 45 secuestrados por las FARC.
Baumbach reveló que el gobierno brasileño “ya ofreció la posibilidad de un encuentro entre las FARC y Chávez en territorio brasileño. El presidente Lula apoya ese esfuerzo de mediación del presidente Chávez y confía en el presidente Chávez como mediador de ese conflicto".
Chávez, tras una reciente reunión con el presidente colombiano Álvaro Uribe, asumió el papel de mediador entre el gobierno de Colombia y las FARC, que estarían representadas en su máximo líder, Pedro Antonio Marín, más conocido como “Manuel Marulanda Vélez” o "Tirofijo".
El líder de las FARC aceptaría el encuentro en territorio colombiano, mientras que Uribe se opone y sugiere que la reunión para hacer el acuerdo humanitario entre secuestrados y 500 presos del grupo subversivo se realice en el exterior.
El gobernante venezolano, sin embargo, se reunirá con el vocero de las FARC, Raúl Reyes, el próximo 8 de octubre posiblemente en Caracas, según anunció la senadora opositora colombiana, Piedad Córdoba, que tuvo un encuentro con el portavoz guerrillero.
El gobierno de Brasilia también destacó este miércoles la labor de Chávez en el tema del acuerdo humanitario, dijo el portavoz Marcelo Baumbach.
En Manaos, capital del estado de Amazonas, Lula, Chávez y Correa discutirán proyectos de integración regional en el campo energético, la creación del Banco del Sur y la adhesión de Venezuela al Mercado Común del Sur (Mercosur), sobre la cual existe rechazo por parte de un sector del gobierno brasileño para aprobarla.