CIUDAD DEL VATICANO.- El nuevo obispo de Beijing, monseñor Joseph Li Shan, ordenado el viernes en la capital china, fue aprobado por el Papa Benedicto XVI, indicó el Osservatore Romano, el diario del Vaticano, lo que podría anunciar una distensión entre la Santa Sede y China.
Según la edición de mañana del Osservatore Romano, citada hoy por la prensa italiana, la comunidad católica leal al Papa y de la que surge el prelado "indicó a la Santa Sede", conforme al procedimiento especial de nombramiento de los obispos en China, que "el candidato es digno e idóneo" para ocupar el puesto de obispo de Beijing.
La Iglesia Católica oficial china designó el viernes a un nuevo obispo en Beijing. El padre Joseph Li Shan, de 42 años, fue ordenado durante una ceremonia en la Catedral del Sur de la capital china, sucediendo a monseñor Fu Tieshan, fallecido el 20 de abril pasado a los 76 años.
La agencia Asianews, especializada en la información religiosa, había indicado que su ordenación fue aprobada por la Santa Sede.
El nuevo obispo "es considerado por todos como un verdadero pastor y un hombre de fe", según Asianews. Pertenece a una familia de la capital convertida al catolicismo desde hace tiempo.
Sucede a "uno de los raros obispos oficiales que jamás buscaron la reconciliación con la Santa Sede y que era presidente de la Asociación Patriótica", bajo cuya jurisdicción está la Iglesia Católica oficial, según esta agencia.
Liu Bainian, el portavoz de la Iglesia católica oficial, había afirmado a los periodistas extranjeros -que fueron mantenidos alejados de la ceremonia- que no estaba al tanto de la autorización del Papa.
"Ustedes me informaron, yo no estaba al corriente", sostuvo.
Esta ordenación es la segunda después de la del nuevo obispo auxiliar de la diócesis de Guizhu, hace diez días, que obtiene la aprobación del Vaticano desde la publicación, a fines de junio, de una carta de Benedicto XVI a los chinos.
En esta carta, el Papa pidió a las autoridades chinas que garantizaran una "auténtica libertad religiosa" a los católicos chinos, a los que llamó a la "unidad" y la "reconciliación" bajo su autoridad.
China rompió sus relaciones diplomáticas en 1951 con el Vaticano, que acababa de reconocer a Taiwán. La ruptura se hizo definitiva en julio de 1957, con la creación de una Iglesia oficial controlada por el régimen comunista.
Sin embargo, según el Vaticano, hay entre 8 y 12 millones de fieles católicos que son fieles a la Santa Sede y forman parte de la iglesia "clandestina".
De acuerdo con la hermana Beatrice Leung, especialista en el catolicismo chino en la Universidad de Hong Kong, el Vaticano aparentemente autorizó la ordenación de Joseph Li Shan hace varios meses.
"Los obispos chinos designados buscan regularmente la bendición del Papa antes de su ordenación, pero lo hacen secretamente, para evitar problemas con la Iglesia oficial", explicó.
"Si el Papa no hubiese estado de acuerdo con este nombramiento de los chinos, el Vaticano hubiera protestado enérgicamente, pero no lo hizo", agregó.
China plantea como condición para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas la ruptura de las de la Santa Sede con Taiwán y el poder de nombrar a los miembros del clero.