RANGÚN.- Desafiando las órdenes para que regresen a sus templos, más de 30.000 monjes budistas y simpatizantes laicos se manifestaron hoy por las calles de Rangún, la capital de Myanmar (antigua Birmania), al continuar su rebelión pasiva contra el régimen militar que gobierna este país del sudeste asiático.
Los monjes se dirigieron descalzos hacia la pagoda de Shwedagon, el sitio budista más famoso de Myanmar, y luego se dividieron en varios grupos pequeños para continuar sus marchas por la ciudad, a las que se unieron muchos simpatizantes laicos.
Unos 5.000 monjes pasaron frente a la sede central de la Liga Nacional por la Democracia (LND), el partido opositor que dirige la Premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi. Dirigentes del partido salieron a la calle para aplaudir a los monjes.
Los funcionarios de la LND saludaron a los monjes mientras pasaban. Posteriormente, el comité ejecutivo de la LND emitió una declaración llamando al gobierno a abrir el diálogo con ellos para resolver pacíficamente la crisis política en Myanmar.
Hay esperanzas de que las protestas pacíficas de los monjes alienten a la junta de Myanmar a abrir el diálogo político con la LND, algo que ésta ha evitado en los últimos 17 años. "Saludamos el curso pacífico que tomaron las manifestaciones", dijo el portavoz del Ministerio del Exterior alemán, Martin Jaeger.
La postura de Alemania y de la Unión Europea (UE) es que una reforma genuina, basada en el "diálogo inclusivo con todas las fuerzas políticas", es necesaria, afirmó en Berlín.
La LND ganó las elecciones generales de forma aplastante en 1990, pero los militares, quienes gobiernan el país desde 1962, impidieron que el partido asumiera el poder.
El camino que conduce a la casa de Suu Kyi, donde la Premio Nobel vive bajo arresto domiciliario desde mayo de 2003, había sido bloqueado por las fuerzas de seguridad para impedir que los monjes visitaran a la líder opositora, tal como lo hicieron el sábado, relataron testigos.
Por la tarde, los monjes se dispersaron, regresando a sus respectivos templos. Se esperan más marchas para mañana.
La protesta de hoy fue más grande que la de ayer, cuando más de 10.000 simpatizantes laicos se unieron a unos 3.000 monjes y 300 monjas que marcharon por las calles de Rangún. Muchos de ellos corearon por primera vez consignas políticas exigiendo a la junta militar que ponga en libertad a Suu Kyi, quien se mostró en público por primera vez en cuatro años.
Los monjes budistas llevan siete días consecutivos manifestándose en las calles de Rangún contra el régimen militar. Hasta ahora, las protestas no han degenerado en violencia. Sin embargo, turbas pro-gubernamentales arrancaron las pancartas con consignas políticas a los simpatizantes de los monjes, de acuerdo con testigos.
Las manifestaciones de hoy se produjeron pese a que el clero budista controlado por los militares de Myanmar, agrupado en el Comité Sangha Nayaka, había instruido a todos los templos en Rangún para que ordenaran el regreso de los monjes a sus provincias.
Muchos de los monjes que participan en las manifestaciones pertenecen a templos situados fuera de Rangún, que visitan la antigua capital birmana para realizar estudios religiosos durante la cuaresma budista.
Un enfrentamiento entre los militares y los monjes, muy respetados en el país, parece ser inevitable, aseguraron diplomáticos occidentales en Rangún. "Esperamos algún tipo de resolución en los próximos días", dijo un diplomático occidental. "Las protestas subirán o bajarán, pero esto no puede seguir así".
Los militares de Myanmar ya han matado en el pasado a monjes involucrados en protestas, la última vez durante las manifestaciones antigubernamentales de 1988, que dejaron unos 3.000 muertos cuando el Ejército reprimió las protestas.
Sin embargo, ésta es la primera vez que los monjes budistas de Myanmar -que se estiman en 400.000-, lideran las protestas.
El Consejo Estatal de Paz y Desarrollo (SPDC, por sus siglas en inglés) gobernante decidió el 15 de agosto subir a más del doble los precios del combustible de la noche a la mañana, sin un sistema de aumentos graduales y sin advertencias previas al público. Las manifestaciones pacíficas contra los aumentos de combustible comenzaron en Rangún el 19 de agosto, pero fueron rápidamente reprimidas por las autoridades, que arrestaron a más de 100 líderes.
El movimiento de protestas continuó luego con los monjes a principios de este mes, y ahora tiene escala nacional.
Las manifestaciones de los monjes colocaron al régimen de Myanmar en una encrucijada: si no reprime las protestas, es probable que se amplíen, pero si las reprimen, es probable que desaten la ira popular.
Al igual que las protestas más recientes, las manifestaciones masivas de 1988 comenzaron por el creciente descontento por las medidas económicas adoptadas y la negativa a introducir libertades democráticas.