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Myanmar reprime con dureza el movimiento pro democrático

Varios testigos aseguran que en el operativo policial un monje recibió un disparo en la cabeza. El Primer Ministro británico pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU

26 de Septiembre de 2007 | 07:48 | AFP

RANGÚN.- La Junta Militar en el poder en Myanmar comenzó hoy a reprimir el movimiento pro democrático que agita al país, disparando al aire y disuadiendo con gases lacrimógenos a los manifestantes, según testigos.


Decenas de personas, entre ellas numerosos monjes budistas, fueron apaleados o detenidos, según los testigos. En algunos barrios, los soldados y los policías dispararon al aire para intentar dispersar a los manifestantes.


Por lo menos 17 monjes budistas resultaron heridos cuando la policía los golpeó con palos para dispersar a un grupo que se manifestaban pacíficamente en el barrio de la pagoda de Shwedagon en Rangún, según testigos.


Entre los heridos se encontraba un monje de 80 años que no podía andar y debía ser llevado en brazos, y que según los testigos fue golpeado en la cabeza.


Varios testigos declararon que un monje había recibido un disparo en la cabeza.


Según el diplomático francés, Emmanuel Mourier, primer consejero de la Embajada de Francia en Rangún, las fuerzas birmanas habrían disparado contra manifestantes y casi con toda seguridad habrían causado heridos.


"No se puede saber si hubo varias personas heridas o muertas, pero lo cierto es que hubo derramamiento de sangre", afirmó el diplomático en Rangún, interrogado por la radio privada RTL desde París.


El partido de la opositora birmana y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi declaró que el régimen militar había cometido "un error irreparable" al atacar a manifestantes pacíficos.


"Habíamos advertido desde antes a las autoridades que si recurrían a la violencia contra las marchas de protesta pacíficas, cometerían el peor y más irreparable error de la historia", indicó una declaración de la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi, de 62 años de edad, en arresto domiciliario desde 2003.


En Gran Bretaña, el Primer Ministro Gordon Brown llamó a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la crisis en Myanmar para examinar sanciones adicionales contra la Junta.


La represión es "inaceptable", afirmó por su parte el secretario de Estado francés de Relaciones Europeas, Jean-Pierre Jouyet.


Los primeros incidentes tuvieron lugar hacia las 12:00 horas locales. Después de haber utilizado alambradas para impedir el paso a una avenida de Rangún próxima a la célebre pagoda Shwedagon, las fuerzas de seguridad de Myanmar cargaron contra un grupo de unos 700 manifestantes, golpeando indistintamente a monjes budistas y civiles.


Posteriormente, la policía y el Ejército dispararon al aire y utilizaron gases lacrimógenos en el barrio de la pagoda Sule, donde miles de civiles se habían congregado para aplaudir a un cortejo de unos mil monjes.


Dirigiéndose a las fuerzas de seguridad, la muchedumbre gritó: "¡Son ustedes unos idiotas, son ustedes unos idiotas!".


Una hora más tarde, decenas de miles de personas, entre ellas monjes budistas, se reunían en otro punto de la ciudad, mientras los disparos de advertencia continuaban sonando en otros barrios, según los testigos.


Esta represión policial recuerda el último gran enfrentamiento entre el pueblo birmano y la junta en 1988, cuando manifestaciones similares provocaron que las fuerzas de seguridad abriesen fuego contra la multitud. Unas 3.000 personas murieron.


Enfrentados a un auge de las protestas encabezadas por los monjes budistas -unas 100.000 personas bajaron a las calles respectivamente el lunes y el martes-, los generales aprovecharon la noche del martes al miércoles para tomar medidas de intimidación.

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