NUEVA YORK.- El gobierno de Myanmar autorizará la entrada al país de Ibrahim Gambari, representante especial del Secretario General de la ONU, que fue enviado a esa nación asiática para evaluar la deteriorada situación política, informó hoy Naciones Unidas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Myanmar, Nyan Win, le comunicó hoy al Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, que se le concederá un visado a Gambari para que pueda viajar al país, dijo Marie Okabe, portavoz del organismo.
Gambari partió anoche a Bangkok, capital de la vecina Tailandia, sin saber si la Junta Militar que gobierna Birmania desde hace 45 años lo dejaría entrar.
El viaje de Gambari se produce en medio de un creciente rechazo internacional a la respuesta violenta de la Junta Militar a las manifestaciones de monjes y civiles, que han dejado al menos diez muertos, entre ellos un fotógrafo japonés.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN), reunidos al margen de la Asamblea General de la ONU, expresaron en un comunicado su "repulsa" a las acciones del gobierno de Myanmar.
También instaron a "ejercer la máxima contención y buscar una solución política" a la crisis que vive el país.
"Nos sentimos horrorizados por las informaciones de que se han empleado armas automáticas y exigimos al gobierno de Myanmar que desista inmediatamente en el uso de la violencia contra los manifestantes", agregó el grupo, al que pertenece Myanmar pero no China.
La reacción de los países asiáticos fue bienvenida por el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, que ayer se mostró decepcionado por la negativa de China a permitir que el Consejo de Seguridad condenara a los militares de Myanmar.
"La ASEAN es muy importante y esta declaración es para tomarla en cuenta, porque los asiáticos son los únicos capaces de ejercer una presión eficiente sobre el gobierno de Myanmar", dijo Kouchner.
Agregó: "Si así se ha hecho, es un éxito para la democracia y un éxito para los manifestantes en Myanmar".
La represión de las manifestaciones y protestas pacíficas iniciadas hace diez días por los monjes budistas, se recrudeció hoy pese a que ayer el Consejo de Seguridad de la ONU instó a la Junta Militar a ejercer la "contención" en sus actos violentos contra la población civil.
Las fuerzas de seguridad de Myanmar, que hasta el momento han detenido a cerca de un millar de personas, abrieron fuego hoy desde dos frentes contra miles de manifestantes en Tamew, distrito del este de Rangún, según relatos de testigos.