LONDRES.- La fuerza policial de Londres enfrentará este lunes un juicio, acusada de romper las leyes de seguridad e higiene por la muerte de un hombre brasileño inocente, que recibió siete disparos en la cabeza de parte de policías que lo confundieron con un bombardero suicida.
Jean Charles de Menezes, de 27 años, fue embestido cuando abordaba un tren subterráneo en el sur de Londres el 22 de julio del 2005 por policías que lo identificaron erróneamente como uno de los de cuatro hombres que habían intentado atacar el sistema de transporte londinense el día anterior.
Los frustrados ataques generaron una verdadera caza de brujas de parte de la policía británica.
La fiscalía presentó el caso contra el Servicio Metropolitano de Policía en Londres luego de decidir el año pasado que habían evidencias insuficientes para acusar a los policías involucrados por separado.
La fuerza policial está acusada bajo las leyes de seguridad e higiene por fracasar en la implementación de "la planificación y puesta en marcha de la vigilancia, persecución, arresto y detención de un posible bombardero suicida", asegurando que tanto el público como de Menezes "no corrieran riesgos".
Coincidentemente, De Menezes, que se desempeñaba como electricista, vivía en el mismo sector que Hussein Osman, uno de los cuatro hombres encarcelados este año por idear los frustrados ataques del 21 de julio.
El 22 de julio, cuando se dirigía a su trabajo, policías encubiertos lo siguieron en dos buses y luego hacia la estación Stockwell, donde se dirigió con calma hacia la plataforma antes de correr a alcanzar un tren que había recién llegado.
Entonces, la policía armada, que había sido enviada para interceptarlo, se subió al vagón, lo empujó al suelo y le disparó siete veces en la cabeza y una vez en el hombro.
Un reporte de la Comisión Independiente de Quejas Policiales indicó que de Menezes no hizo nada para ser sospechoso.
Más tarde, la policía se disculpó y dijo haber cometido un error, argumentando la enorme presión que enfrentaban en ese tiempo.
En agosto, una investigación de la Comisión concluyó que el principal funcionario contra el terrorismo en Gran Bretaña, Andy Hayman, había engañado a sus colegas y al público en la tarde del incidente al no decirles que el hombre muerto era inocente. Esa información se hizo pública sólo 24 horas después del acontecimiento.
Se espera que el juicio dure seis semanas y en caso de que la fuerza policial sea encontrada culpable deberá, además de ver seriamente afectada su lucha contra el terrorismo, enfrentar una gran multa.