ROMA.- El Vaticano expresó hoy preocupación por la inexplicable muerte de un obispo chino encarcelado, que fue rápidamente cremado y enterrado por las autoridades chinas sin una ceremonia religiosa.
Han Dinxiang, obispo de la provincia de Hebei, que pertenecía a la Iglesia Católica clandestina de China, murió el 9 de septiembre mientras estaba en custodia.
El periódico del Vaticano dijo que había sufrido por su fe "en vida y muerte", y estimó que estuvo encarcelado, en total, durante más de 20 años.
"La noticia de su muerte tomó a todos por sorpresa porque no había conocimiento sobre que el prelado estuviera enfermo o sufriera de ninguna afección", sostuvo L'Osservatore Romano.
El artículo también expresó preocupación por la vigilancia policial alrededor de la tumba de Han.
El Papa Benedicto XVI pide mejores relaciones con China, y quiere unir a todos sus católicos, hasta 12 millones de ellos, divididos entre una iglesia controlada por el Estado y una clandestina liderada por el Pontífice.
El Vaticano no ha tenido relaciones diplomáticas con Beijing desde 1951, dos años después de la toma del poder por parte de los comunistas.
La Fundación Cardenal Kung, con sede en Estados Unidos y que informa sobre la iglesia clandestina de China, dijo que Han pasó los últimos ocho años de su vida en prisión. El obispo fue arrestado en 1999 durante un retiro religioso.
El periódico del Vaticano alegó que en 2006 las autoridades chinas trasladaron al obispo encarcelado a un destino desconocido.
"A principios del 2006, 'desapareció' y nadie sabe dónde estaba retenido en aislamiento", dijo.
El periódico expresó "tristeza y pesar" por su pronta cremación y entierro, que se completaron menos de siete horas después de su muerte.
La publicación vaticana se quejó de que las autoridades chinas no les dieron a los sacerdotes la oportunidad de realizar un funeral católico o darle a sus seguidores la posibilidad de despedir sus restos.
La Fundación Kung describió su rápida cremación como "sospechosa".