WIESBADEN.- El presidente ruso, Vladimir Putin, y la canciller alemana Angela Merkel se reúnen este domingo en Wiesbaden, oeste de Alemania, en una cumbre de dos días consagrada en gran parte para discutir los aspectos más problemáticos del programa nuclear iraní y el estatuto de Kosovo.
Putin debe aterrizar a las 19h00 locales (17h00 GMT) en Francfort y será recibido en la vecina Wiesbaden por Merkel que le invitará a cenar cerca de allí, en un restaurante del pueblo vitícola de Hattenheim.
Esta velada servirá para preparar los encuentros oficiales del lunes entre los dos dirigentes, secundados por gran número de ministros.
Merkel dijo el sábado que piensa abordar con el presidente ruso ciertos "problemas internacionales que sólo podemos solventar en común", es decir, la "cuestión de Irán y la necesidad de nuevas sanciones" y "el futuro de Kosovo", que reclama una independencia que Serbia, respaldada por Rusia, le niega.
Rusia se resiste a dar luz verde a un nuevo conjunto de sanciones de la ONU destinadas a obligar a Teherán a renunciar a su programa de enriquecimiento de uranio.
"Nosotros podemos discutir abiertamente de nuestras diferencias de opinión pero constatamos también puntos comunes", afirmó Merkel en su tradicional mensaje vídeo del sábado.
Otro dosier internacional difícil en la agenda: el proyecto de instalación de elementos del escudo antimisiles norteamericano en Polonia y República Checa, que Rusia considera una amenaza para su seguridad.
Rusos y norteamericanos no han logrado un acuerdo este fin de semana sobre el proyecto norteamericano al término de negociaciones en Moscú entre jefes de la diplomacia y responsables de Defensa en las que Putin ha participado activamente.
Angela Merkel debería recordar que quiere que el tema se discuta en el marco de la OTAN.
Merkel y Putin estarán muy atentos asimismo a las relaciones económicas y comerciales, claves en la cooperación estratégica ruso-germánica. Alemania busca nuevos accesos al mercado ruso para sus gigantes industriales. Rusia quiere invertir en Europa occidental, donde despierta desconfianza.
El primer semestre de 2007, los intercambios comerciales entre los dos países aumentaron un 13,5% respecto al primer semestre de 2006 para alcanzar 22.700 millones de dólares.
El volumen de inversiones alemanas en la economía rusa durante el primer semestre ha superado los 2.000 millones de dólares, según cifras facilitadas por el Kremlin.