WASHINGTON.- Un juez estadounidense de Texas está en riesgo de acciones disciplinarias por negarse a examinar la postergación de la ejecución de un condenado a muerte porque el pedido llegó 20 minutos después del horario normal de oficina.
Michael Richard, de 49 años, fue ejecutado el 25 de septiembre en Texas con la inyección letal, después de que sus abogados no lograron presentar a tiempo, por apenas unos minutos, el pedido de suspensión.
El juez Sharon Keller, de la Corte de Apelación de Austin (Texas), rechazó el pedido de suspensión porque llegó a las 17.20 locales, es decir 20 minutos después del horario normal de oficina. La ejecución estaba programada tres horas más tarde.
"El comportamiento del juez Keller fue indigno. Violó los derechos civiles del condenado", afirmó Jim Harrington, director de la asociación de Texas para el Respeto de los Derechos Civiles, que presentó la petición.
"La pregunta que la gente debería hacerse es por qué motivo los abogados, que tenían todo el día para presentar la demanda, esperaron hasta último momento", replicó Sharon Keller.
Los abogados del condenado explicaron que fue en realidad un problema con la computadora lo que causó el retraso en la presentación del pedido de suspensión de la ejecución.
Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos aceptó examinar si el método de la inyección letal constituye o no una violación de la Constitución, casi en todos lo estados norteamericanos suspendieron las ejecuciones.
La de Richard en Texas fue la última ejecución en Estados Unidos desde el 25 de septiembre a hoy.