BRUSELAS.- El Tribunal Correccional de Bruselas comenzó hoy el juicio contra seis hombres acusados del reclutamiento de kamikazes en Bélgica, entre ellos la belga Muriel Degauque, que el 9 de noviembre de 2005 se convirtió en la primera terrorista suicida europea al inmolarse en Irak.
El atentado suicida de Degauque, casada en segundas nupcias con un belga de origen marroquí, Issam Goris, y convertida al Islám, dio lugar a una operación de la policía en Bruselas, Amberes, Charleroi y Riemst, en la que inicialmente fueron arrestadas 14 personas.
Al contrario que en anteriores procesos contra terroristas en Bélgica, los acusados, todos entre 29 y 34 años, no son extranjeros criados en una cultura totalmente diferente, sino hombres que nacieron en Bélgica y que en su mayoría tiene la nacionalidad belga.
Los seis hombres, que niegan su implicación en el caso de Degauque, están acusados de falsificación de documentos y uso de ellos, ayuda a delincuentes y de ser miembros de una organización terrorista.
El principal acusado es Bilal Soughir, de 34 años, quien supuestamente se encargó de mantener contacto con Degauque y Goris, cuando éstos se encontraban en Siria y más tarde en Irak.
Bilal Soughir no compareció hoy ante el juez, apoyándose en un certificado médico que desaconsejaba su traslado al tribunal, según informó la agencia Belga.
Goris supuestamente murió en Irak unos días después de la inmolación de su mujer y mientras se preparaba para cometer él mismo un atentado suicida.
El hermano de Bilal, Souhayeb Soughir, se encargaba de conseguir papeles falsos y otro tipo de material logístico, al igual que Younes Loukili.
Nabil Karmun hizo labores de intermediario y Sabri Boubadallah es el único que no está acusado de formación de banda con fines terroristas, sino sólo de prestar ayuda a delincuentes.
Pascal Cruypenninck, belga de nacimiento, es el único que no es de origen extranjero.
Está acusado de haber adoctrinado a Degauque para que se convirtiera en kamikaze, así como de intentar lo mismo con otra joven belga.
El principal acusado y supuesto líder de la organización, Bilal Soughir, podría ser condenado a 10 años de cárcel y los demás corren el riesgo de ser recluidos cinco años.