TEHERÁN.- El Presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, pidió hoy que EE.UU. evite las declaraciones "ilógicas e infundadas", y a la Unión Europea (UE) que "actúe con independencia" con respecto al programa nuclear iraní.
La declaración de Ahmadinejad se produce después de que el Presidente de EE.UU., George W. Bush, advirtiera que la comunidad internacional debe impedir que Irán obtenga los "conocimientos suficientes como para fabricar un arma nuclear" si tiene interés en evitar una III Guerra Mundial.
Bush hizo esta advertencia antes de que el principal negociador iraní en el caso nuclear, Ali Lariyani, reiterara que la República Islámica no suspenderá sus actividades nucleares, incluidas las del enriquecimiento de uranio.
"Deben comprender que ya ha acabado la era de su hegemonía, y que no hay que hacer declaraciones ilógicas e infundadas", dijo el Mandatario iraní, en declaraciones hechas en Teherán, en aparente alusión a la advertencia de Bush, aunque sin nombrarlo.
Por otro lado, instó a que "algunos líderes europeos actúen de forma independiente (de EE.UU. con respecto a Irán), ya que ello serviría a sus intereses".
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE acordaron el lunes pasado en Luxemburgo mantener abierta la negociación con Irán, sin descartar un endurecimiento de las sanciones, como reclamaba Francia, si no se registran avances hasta finales de noviembre próximo.
Ahmadinejad instó sobre todo a que Francia "cambie rápidamente su política" respecto a Irán, y consideró que los iraníes "tenemos que dar más tiempo al nuevo gobierno francés para que vea con más claridad las realidades".
El gobernante iraní elogió, al mismo tiempo, su reciente reunión en Teherán con el Presidente ruso, Vladimir Putin, y aseguró que éste no ha presentado ningún plan nuevo para solucionar el contencioso por las actividades nucleares iraníes.
"Putin no dijo nada (al respecto)", dijo Ahmadinejad, mientras afirmaba que su homólogo ruso le prometió que Moscú completará la construcción de la planta nuclear iraní de Bushehr, que ingenieros rusos construyen en el suroeste de la República Islámica.
Irán insiste en que sus actividades atómicas son pacíficas, mientras que EE.UU. y la UE sospechan que tienen fines militares.