NÁPOLES.- El Papa Benedicto XVI dio hoy comienzo a un encuentro interreligioso internacional por la paz con una misa en la plaza del Plebiscito en Nápoles, en medio de una fuerte lluvia.
El pontífice aprovechó la liturgia para condenar públicamente de forma directa la pobreza, la violencia, el desempleo y la criminalidad que ensombrecen la imagen de la capital de la región italiana de Campania.Benedicto exigió "acciones políticas" y una renovación espiritual para combatir la ola de violencia que afecta desde hace años a Nápoles.
Tras la ceremonia, el pontífice se reunirá con los representantes de distintas religiones en el Congreso interreligioso que se celebrará bajo el lema "Por un mundo sin violencia: Religiones y Culturas ante el diálogo" durante tres días.
A la conferencia asistirá el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, el Arzobispo de Canterbury, Roman D. Williams, el Gran Rabino israelí, Yona Metzger, y representantes de la política y la sociedad, como el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que intervendrá mañana lunes en una mesa redonda dedicada a América Latina.
La comunidad de Sant'Edigio organiza desde hace 21 años encuentros internacionales dedicados a la paz en grandes ciudades de Italia y en metrópolis europeas.
El punto de partida es la oración por la paz en el mundo, a la que el Papa Juan Pablo II fue invitado en octubre de 1986 en Assisi. El objetivo de este año del encuentro, en el que se celebrarán 16 mesas de diálogo, será incentivar el diálogo como medio efectivo contra una "lucha de las culturas".
Esta tarde, Benedicto presentará sus respetos ante los restos del patrón de Nápoles, San Genaro, en la catedral de la ciudad, antes de regresar al anochecer al Vaticano.
El pontífice fue invitado a Nápoles por el arzobispo Crescenzio Sepe y su visita responde al deseo de dar su apoyo a la reunión interreligiosa.