YAKARTA.- Un presunto fallo humano fue la causa del accidente del avión que se incendió el pasado mes de marzo en la ciudad indonesia Yogyakarta y provocó la muerte a 23 personas, según reveló hoy una investigación oficial.
El informe del Comité Nacional para la Seguridad Aérea (KNKT) indicó que tanto el piloto como el copiloto del aparato de la aerolínea estatal Garuda cometieron varios errores graves durante la maniobra de aterrizaje, informaron los medios locales.
Concretamente, el avión se aproximó a la pista a una velocidad de 408 kilómetros por hora -247 kilómetros por hora más rápido de lo habitual- y el piloto ignoró en hasta 15 ocasiones los avisos del Sistema de Alertas de Proximidad Terrestre (GPWS, siglas en inglés).
Junto a ello, se saltó varias medidas del protocolo de seguridad de Garuda e hizo caso omiso de las advertencias del copiloto de que debía dar la vuelta, según el KNKT.
El aparato, un Boeing 737-400 que transportaba a 140 personas, se incendió tras realizar una violenta toma de tierra, salirse de la pista de aterrizaje y acabar en arrozal próximo al aeropuerto.
La gran mayoría de los pasajeros y la tripulación logró saltar por las puertas de emergencia, pero algunas personas situadas en la parte delantera del fuselaje -entre ellas cinco ciudadanos australianos- no pudieron huir y perdieron la vida.
Una serie de accidentes de aviación ocurridos desde principios de año en Indonesia llevó a que la Unión Europea decidiera incluir a todas las compañías locales en la “lista negra” que tienen prohibido entrar en espacio aéreo comunitario y advirtiera a los ciudadanos europeos de que ninguna de ellas cumple las normas mínimas de seguridad.