SAN DIEGO.- Cinco personas murieron a causa de los incendios que azotan desde hace tres días el sur de California, según un nuevo reporte.
De las cinco víctimas mortales, tres habían sido evacuadas por la zona de San Diego, desde donde fueron desplazadas 500 mil personas.
Los heridos son más de 30, entre ellos 18 bomberos.
En tanto, la agencia AFP informa que más de medio millón de evacuados y 1.200 casas quemadas es el saldo parcial de los incendios que recorren desde hace tres días el sur de California (oeste de EEUU), donde el presidente George W. Bush decretó la emergencia para combatir el fuego que cruzó hacia México.
El martes al menos 14 incendios seguían devastando el sur de California, desde el norte de Los Angeles hasta San Diego, por donde el fuego atravesó la la frontera hacia territorio mexicano.
El presidente George W. Bush declaró la emergencia en California, ordenó desembolsar ayuda federal y anunció que viajará el jueves al Estado de la costa oeste azotado por las llamas que han devorado 1.355 km2 y amenaza con sobrepasar la capacidad de los bomberos para controlar una de las peores crisis de incendio en la historia del Estado.
"Aproximadamente 513.000 personas en el condado de San Diego han recibido órdenes obligatorias de evacuación y adicionalmente se ha recomendado a otras 12.000 personas abandonar sus casas" amenazadas por las llamas, indicó la oficina del condado, 200 km al sur de Los Angeles, fronterizo con México.
Medios locales informaron que 1.200 casas han sido destruidas por los incendios, así como más de 400 estructuras con otros fines que también han sido devastadas.
En San Diego, el punto más afectado por los fuegos, unos 20.000 damnificados por las llamas se ampararon en el estadio Qualcomm, convertido en un gran refugio, mientras que en las urbanizaciones arrasadas se detuvo a dos personas por saqueo, informaron las autoridades.
"Agradezco que estemos todos a salvo, no me importa nada más", dijo Nancy Canfield, que logró escapar del fuego con su familia.
Se aprecia desde el espacio
Algunos incendios son tan extensos que se pueden apreciar desde el espacio, y el humo es tan denso que los radares meteorológicos los confunden con nubes.
Unos 6.000 bomberos están batallando contra las llamas con un escuadrón de 90 aviones cisterna, incluidos un DC-10 y 40 helicópteros, mientras el Pentágono ordenó también poner a disposición de las tareas de evacuación a 550 marines.
"Estos incendios han causado una terriblemente trágica devastación en nuestro Estado, pero estamos respondiendo y no pararemos hasta que cada persona esté a salvo", sostuvo el gobernador Arnold Schwarzenegger tras una gira en las zonas destruidas de la estación vacacional de montaña Lake Arrowhead, a 150 km al este de Los Angeles.
"Estamos en una situación desafortunada en la cual se juntaron tres cosas: áreas muy secas, temperaturas muy calientes y mucho viento, lo cual provoca las condiciones perfectas para el incendio", explicó Schwarzenegger.
De su lado el jefe del departamento de bomberos del condado de Orange, indicó que la situación era extrema y "no hay recursos suficientes para enfrentar" el siniestro.
El martes miles de personas fueron evacuadas a 50 km al norte de Los Angeles, en una región montañosa donde 30.000 hectáreas fueron arrasadas por dos incendios.
Otro fuego espectacular destruyó al menos 160 residencias en la zona montañosa de San Bernardino, al este de Los Angeles, donde casas suntuosas esparcidas en lo alto de parajes de ensueño estaban a punto de ser consumidas por las llamas como en Running Springs, según imágenes de televisoras locales.
"El departamento de bomberos y las fuerzas de seguridad están sobrepasadas porque hay demasiados incendios propagándose. Los vientos son erráticos e impredecibles, no se puede decir hacia dónde se moverán los fuegos ni cuándo", apuntó el supervisor del condado de Los Angeles Zev Yaroslavsky.
El jefe de los bomberos en Los Angeles, Michael Freeman, dijo que esperaban la ayuda de los cuerpos del norte de California, Arizona y Nevada.
A finales de 2003, al menos 22 personas murieron en California donde otra tormenta de fuego redujo a cenizas 3.000 casas y unos 3.000 km2.