LONDRES.- Uno de los fotógrafos que siguió al Mercedes en el que viajaban la princesa Diana y su novio Dodi al Fayed momentos antes de su muerte, gritó "ella está viva" luego de que el vehículo chocara en el túnel del Puente del Alma la madrugada del 31 de agosto de 1997 en París.
Según admitió en la Corte Suprema de Londres el testigo francés Sebastien Masseron, el fotógrafo en cuestión le dijo a un grupo de paparazzis que regresaran tras darse cuenta de que la princesa estaba aún con vida.
Masseron viajaba por el centro de París con un grupo de amigos cuando presenció la colisión.
El francés narró que escuchó a uno de los fotógrafos llamar a otro, mientras su amigo, el bombero Damian Dalby, corría para ayudar a los pasajeros del vehículo accidentado.
"Vimos humo salir del túnel. Podíamos ver el automóvil dañado. Damian Dalby corrió para tratar de dar primeros auxilios", destacó Masseron a través de un comunicado que leyó Scotland Yard en la corte londinense.
"En ese momento, ni los bomberos ni la policía habían llegado. No escuchamos el ruido de la colisión, que había pasado momentos antes. No había vehículos en esa parte del túnel. Pero sí gente que rodeaba al auto", agregó en la nota.
"Escuché a un fotógrafo llamar a otro colega que estaba en un scooter al final del túnel. Le gritó: 'Regresa, regresa, ella está viva'", explicó Masseron en el documento leído ante los miembros del jurado y el juez Scott Baker, a cargo de la causa.
El testigo contó en su informe que en la parte trasera del vehículo se podía ver a la ex esposa del príncipe Carlos de Inglaterra.
Otra testigo que acompañaba a Masseron, Audrey Lemaigre, agregó que pudo ver a al menos cinco fotógrafos rodear al Mercedes después de la colisión.
"Uno de ellos gritó. 'Ella está viva, ella está viva'. Otro hombre en una moto se detuvo delante de mí. Estaba hablando por teléfono, creo que tenía una cámara", narró la mujer en un comunicado leído también por la policía.
La Corte Suprema de Londres examina desde el pasado 2 de octubre las circunstancias que rodearon la muerte de Diana y Dodi, y buscará determinar si la pareja murió como consecuencia de un accidente automovilístico o fue víctima de un complot de asesinato ideado por la realeza británica.
El juicio, que se estima podría extenderse hasta por seis meses y que ha generado un gran interés del público y de la prensa local e internacional, le costará al erario británico al menos 20 millones de dólares.