BUENOS AIRES.- Los principales candidatos para los comicios presidenciales del domingo en Argentina cerraron hoy sus campañas con la visita inesperada de la lluvia, que les obligó a postergar e incluso a cambiar los planes de su última actividad proselitista antes de la veda electoral.
Los cierres más multitudinarios tuvieron como protagonistas a Cristina Fernández de Kirchner y Elisa Carrió, primera y segunda en las encuestas.
La actual primera dama, que según la mayoría de los sondeos ganará las elecciones en la primera vuelta, eligió las instalaciones del mercado central de frutas y verduras de Buenos Aires, a las afueras de la ciudad, para ponerle el broche final a su campaña.
En un acto que se aplazó algunas horas debido a la tormenta y que duró unos 20 minutos, Fernández pidió el voto para cumplir “los sueños que faltan” e hizo, una vez más, una enérgica defensa de la concertación plural que impulsó su esposo, el presidente Néstor Kirchner, quien le acompañó en la localidad de La Matanza.
"En esta tarde maravillosa, de lluvia y de sol, convoco a toda la sociedad para ir por los sueños que faltan. Todavía hay argentinos que no tienen trabajo. Necesitamos más educación y salud. Y a por esos sueños vamos el 28", destacó.
Enfundada en un traje blanco de chaqueta y falda, la candidata agradeció a “quienes confiaron desde el inicio” en el proyecto político de Kirchner y también “a los que comenzaron a confiar en estos cuatro años y medio".
"Y a los que todavía no creen, los invito a que vengan a participar desde el lado que quieran, pero a jugarse por vivir en un país mejor", concluyó.
Antes del acto, la senadora de 54 años continuó con su ronda de entrevistas con medios locales que había iniciado este miércoles, después de romper un prolongado silencio que ella misma había impuesto con los periodistas.
Fernández se animó incluso a contar intimidades sobre su aspecto físico, sus hijos y acerca del matrimonio que compone desde hace 32 años con el presidente Kirchner.
Carrió, por su parte, concluyó su campaña en un centro de exposiciones de la capital con el convencimiento de que disputará la presidencia del país en una segunda vuelta con la candidata del oficialista Frente para la Victoria.
"Lilita,” como se le conoce popularmente a Carrió, dirigió la mayor parte de su discurso a las clases más populares y dijo que la Coalición Cívica, la agrupación que representa, ha llegado “para sacar a los pobres de la pobreza".
"Nosotros vamos a ser la justicia social perdida y degradada por quienes usan los símbolos y desprecian a los pobres", sostuvo la dirigente de 50 años.
Al hablar de sus propuestas, precisó que será “la presidenta que continúe el juzgamiento de las violaciones de los derechos humanos del pasado” y se ocupará “de las del presente,” además de prometer "seguridad para todos los argentinos” y que “no habrá más impunidad para el delito".
El candidato Roberto Lavagna, tercero en la mayoría de las encuestas, apeló al “gesto solidario” de reconstruir una casa familiar para poner punto final a su campaña proselitista.
Junto a jóvenes, obreros y militantes de Una Nación Avanzada (Una), Lavagna participó en la “reconstrucción solidaria” de la casa de unos vecinos que hace un mes donaron un terreno aledaño para que allí se levante una sala de atención de la salud en la localidad de Lomas de Zamora.
El peronista disidente Alberto Rodríguez Saá, quien disputa el tercer puesto con Lavagna, de acuerdo con algunos sondeos, y ocupa claramente el cuarto ligar, según otros, debió modificar los planes que tenía para su cierre.
El candidato del Frente Justicia, Unión y Libertad (Frejuli) tenía previsto encabezar una caravana por una de las zonas más pobres del conurbano bonaerense, pero la lluvia le obligó a concluir su campaña con una rueda de prensa en la capital del país.
Allí se manifestó “convencido” de que habrá una segunda vuelta electoral y que él será uno de los contendientes.
Para evitar una segunda ronda, el candidato más votado deberá obtener el 45 por ciento de los sufragios o el 40 por ciento y 10 puntos de diferencia sobre el segundo.
Las encuestas otorgan a Cristina Fernández una intención de voto de entre el 39 y el 49 por ciento, además de señalar que entre un 9 y un 17 por ciento de los 27,1 millones de electores habilitados aún no ha resuelto a quién le dará su sufragio.
En este país el voto es obligatorio y el domingo se elegirán presidente, vicepresidente, gobernadores de ocho de las 23 provincias y autoridades municipales, además de renovarse la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.