LOS ÁNGELES.- Tras cinco días de trabajo para combatir las llamas en el estado norteamericano de California, los bomberos lograron controlar hoy siete grandes focos de incendio, ayudados por una disminución en la intensidad de los vientos, mientras los socorristas hallaron nuevos cadáveres en la zona.
Según fuentes policiales, los cuerpos de cuatro presuntos inmigrantes ilegales mexicanos fueron encontrados carbonizados cerca de la frontera.
Además se encontraron dentro de una vivienda los cadáveres de dos personas, una pareja, que aparentemente no cumplieron con las órdenes de evacuación.
Otras siete personas -la mayoría de ellas de un asilo de ancianos- perdieron la vida durante o después de las evacuaciones.
El presidente estadounidense, George W. Bush, visitó hoy la región. Junto con el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, el mandatario sobrevoló con un helicóptero las zonas devastadas por las llamas, en los peores incendios en la historia del estado.
"Los bomberos hicieron algo extraordinario y pusieron en riesgo su vida por otras personas", dijo.
Al mismo tiempo, desestimó las comparaciones entre la rápida respuesta ante estos incendios y la lenta reacción tras el paso del huracán Katrina en 2005.
"Muchas personas en todo nuestro país se movilizaron por la difícil situación de los ciudadanos que perdieron sus casas", dijo Bush a periodistas. "Yo vine para garantizar que el gobierno federal provea la ayuda a nivel local".
"No hay dudas de que una gran cantidad de personas están sufriendo, no hay dudas de que hubo pérdidas terribles", añadió. "No los vamos a olvidar en Washington DC. Queremos que las personas sepan que hay un día mejor después".
En tanto, hubo algunas escenas desgarradoras al retornar las personas a los barrios en los que vivían.
"Todo está quemado, todo se perdió. No sé cómo continuará", se quejó una mujer que estalló en lágrimas frente a su casa devorada por las llamas.
Según las primeras estimaciones, sólo en el condado de San Diego, los daños superan los 1.000 millones de dólares. Unas 1.600 casas y 1.700 kilómetros cuadrados quedaron reducidos a cenizas.
Sin embargo, algunos propietarios de casas incendiadas no se dejaron desalentar: "Sabemos que vivimos en una región con riesgo de incendios. Pero nosotros amamos California y vamos a reconstruir todo", opinó un hombre.
Por otra parte, muchas personas se quejaron de problemas para respirar. "Hace calor y hay cenizas en el aire. Casi no puedo respirar", dijo una habitante al ser trasladada al hospital.
Los meteorólogos estiman que la situación seguirá mejorando. El aire húmedo proveniente del Pacífico facilita el trabajo de los 9.000 agotados bomberos, muchos de los cuales vienen de los estados de Nevada, Nuevo México y Arizona. También participan en las tareas de extinción 1.500 miembros de la Guardia Nacional.
Gracias a la mejora del tiempo, hoy también pudieron partir más aviones hidrantes. "Estamos logrando buenos avances", informó un bombero cerca de Lake Arrowhead.
En tanto, en otras zonas, la situación seguía complicada. Unas 9.000 casas aún están amenazadas por las llamas, informaron las autoridades.
El fuego cerca de San Diego también pone en peligro las líneas eléctricas, que conectan con la red energética nacional. En esta zona, tan sólo se logró controlar la situación en entre un 10 y un 20 por ciento.
En al menos dos casos se presume que los incendios fueron intencionales. En dos de tres sitios investigados en el condado de Orange se hallaron indicios para afirmar eso, informó la emisora CNN.