GAZA.- Israel comenzó hoy a reducir su suministro de combustible a la Franja de Gaza en represalia por el lanzamiento de cohetes artesanales contra su territorio desde la empobrecida zona, donde residen un millón y medio de personas.
El corte fue confirmado por el jefe del Departamento de Petróleo y Gasolina de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mujadeh Salameh, funcionarios de la Unión Europea y la empresa energética israelí Dor Alón, responsable del abastecimiento de combustible a Gaza.
Las autoridades israelíes, sin embargo, desmienten haber empezado a aplicar la medida, aprobada esta semana por el gobierno de Ehud Olmert como parte de un paquete de sanciones contra un territorio que han declarado oficialmente "enemigo".
"Hemos visto una reducción de alrededor del 40% en diesel y bencina, y de en torno a un 12% para la estación eléctrica", aseguró Salameh.
El funcionario palestino explicó que su departamento pidió a la compañía Dor Alón que les enviara "las cantidades diarias habituales" de combustible, pero "fue informado de que ésta no podía hacerlo por la decisión del gobierno israelí".
Fuentes de la UE que supervisan la entrega de combustible a la única planta eléctrica de Gaza precisaron que la reducción del suministro a la central no fue del 12%, sino del 24%.
"Nosotros preparamos, como cada día, la entrega a Dor Alón de 360.000 litros de fuel para la planta eléctrica de Gaza, pero cuando se estaba bombeando se interrumpió a los 273.000 litros con motivo -según nuestras informaciones- de la decisión del gobierno israelí", indicaron las fuentes bajo condición de anonimato.
Por su parte, el "número dos" de la Autoridad Petrolera de Gaza, Ahmed Ali, cifró en un 30% la reducción del flujo israelí de diesel y gasolina, en declaraciones citadas por medios locales.
Gaza depende casi por completo del combustible israelí, por lo que su corte puede dañar seriamente su ya maltrecha economía y, por ende, a su población, que en un 80% se alimenta gracias a la ayuda humanitaria.
Unas 30.000 fábricas de Gaza se han visto obligadas a echar el cierre desde que Israel clausuró casi por completo sus pasos fronterizos con la franja durante los enfrentamientos entre Hamas y Al Fatah de junio pasado.
No obstante, la franja parece mejor preparada para una reducción del suministro de electricidad israelí, que supone un 58% de su consumo total (184 megavatios diarios).
El resto proviene de la citada planta propia (33%), que Israel bombardeó en junio de 2006 y ahora funciona con financiamiento europeo, y de Egipto, que le aporta un 9% adicional.
A esta menor dependencia se suma que empresas y particulares de la franja se han ido haciendo con pequeños generadores para aguantar los cortes de luz que ya sufren a diario.
Algunos barrios de la ciudad de Gaza pasan a oscuras hasta 18 horas cada jornada.
En agosto pasado, la franja vivió incluso siete días entre tinieblas cuando la UE interrumpió su suministro de combustible a la central eléctrica de Gaza ante la sospecha de que el gobierno de facto de Hamas quería gravar la energía.
En su encuentro del viernes pasado, Olmert prometió al Presidente palestino, Mahmoud Abbas, que la interrupción de los suministros se hará de forma que no desaten una "crisis humanitaria" en Gaza, por ejemplo, preservando el flujo a los hospitales.
Naciones Unidas, y colectivos israelíes y palestinos han advertido de las consecuencias de estas medidas para la franja.
Diversas ONG acusan además a Israel de desentenderse de la suerte de los residentes de Gaza pese a que, según el derecho internacional, sigue ocupando ese territorio y, por lo tanto, es responsable de su población.
Aunque retiró en 2005 a sus colonos y soldados, Israel controla los espacios aéreos, terrestre y marítimo de Gaza, donde su Ejército penetra casi a diario hasta un par de kilómetros.
Ayer, el viceministro israelí de Defensa, Matan Vilnai, definió la decisión de cortar suministros a Gaza como un paso más en el plan de desconexión de la franja que inició el entonces Primer Ministro, Ariel Sharon.