ASUNCIÓN.- El ex general Lino Oviedo vuelve al protagonismo en la política paraguaya después de que el Tribunal Supremo anulase hoy su condena de diez años de cárcel por un intento de golpe de Estado en 1996, que movilizó a la comunidad internacional en defensa del entonces Jefe de Estado, Juan Carlos Wasmosy.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia, que anuló la sentencia de un tribunal militar y la ratificación de ese fallo del propio Supremo, habilita a Oviedo a presentarse como candidato presidencial en los comicios generales del 20 de abril de 2008.
"Es el triunfo de la justicia sobre la injusticia, después de diez años", afirmó a periodistas el abogado de Oviedo, José Abel Guastella, antes de leer a los periodistas el fallo del máximo tribunal.
El ex jefe del Ejército nunca ha desistido de su intención de gobernar Paraguay, pese a la condena que le impuso el 9 de marzo de 1998 un tribunal militar por la intentona golpista del 22 y 23 de abril contra Wasmosy.
En ese entonces, la comunidad internacional reaccionó en defensa del proceso democrático y el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en ese momento, el colombiano César Gaviria, tuvo que viajar a Paraguay para certificar la entrega de mando de Oviedo.
La condena le costó posteriormente al ex militar la candidatura presidencial del Partido Colorado, que había ganado en las urnas en favor del segundo de la fórmula oficialista, Raúl Cubas, quien asumió al poder el 15 de agosto de 1998 tras imponerse con el 53% de los votos.
Cubas, que asumió con Oviedo como el poder a la sombra, conmutó la condena de su amigo y aliado político tres días después de asumir el gobierno, lo que derivó en una nueva crisis, resuelta por el Supremo tras anular el decreto presidencial ante un recurso promovido por el Congreso.
El asesinato del vicepresidente del país, Luis María Argaña, en una calle de Asunción, el 23 de marzo de 1999, y la muerte de siete manifestantes "antioviedistas" en unas protestas populares desatadas en reacción a ese crimen, cambiaron radicalmente la suerte de Oviedo.
El ex hombre fuerte de la milicia paraguaya se fugó a Argentina el 28 de marzo, un día antes de la renuncia y posterior asilo de Cubas en Brasil, donde también estuvo refugiado antes de regresar, el 29 de junio de 2004, con la reiterada promesa de ser Presidente, tras permanecer cinco años refugiado en esos países vecinos.
Desde su encierro, Oviedo, al frente de una formación que creó en el año 2000 al margen del oficialismo, la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), cuarta fuerza electoral, emprendió una sostenida batalla judicial en la que también obtuvo su libertad condicional en otros dos procesos que tiene pendientes.
En julio pasado y por separado, el Supremo le concedió la libertada condicional en los procesos que afronta como supuesto autor moral del asesinato de Argaña y como presunto instigador de la muerte de los manifestantes.
Los hijos del asesinado vicepresidente responsabilizan al Jefe de Estado, Nicanor Duarte, de ese giro judicial como parte de una presunta estrategia para dividir a la oposición, que parecía unida en torno a la candidatura presidencial del ex obispo Fernando Lugo.
La salida de prisión en septiembre pasado, decretada por el Supremo por haber cumplido la mitad de la condena, precipitó la disolución de la Concertación Nacional, lanzada hace un año por la oposición parlamentaria, y una treintena de grupos cívicos y sociales para derrotar con un candidato único al oficialismo.
La ventaja de Lugo en todas las encuestas se ha visto reducida tras la libertad de Oviedo y ahora el ex clérigo, de 56 años, solo cuenta con el respaldo del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), segunda fuerza del país, partidos minoritarios y grupos de izquierdas.
Analistas locales no descartan que Oviedo forme otro frente al igual que otra plataforma encabezada por el empresario Pedro Fadul, del Partido Patria Querida (PPQ), tercera fuerza política del país.