NUEVO LAREDO.- Al menos un inmigrante indocumentado muere cada día en su intento por ingresar a Estados Unidos, dijo hoy el misionero italiano Francisco Pellizzari durante una misa en favor de los inmigrantes fallecidos efectuada en Nuevo Laredo.
Pelizzari, director de la Casa del Migrante Nazareth en esta ciudad fronteriza con Estados Unidos, explicó a Efe que esta celebración se efectuó por primera vez en Tijuana, en 1997.
Actualmente se realiza en todas las ciudades fronterizas del norte y sur de México y en Guatemala, en donde tiene presencia la orden de los Escalabrinianos, a la que pertenece.
El misionero dijo que este año suman 345 los decesos en la frontera de México con Estados Unidos, pero aseguró que tras el endurecimiento de la política migratoria y del incremento de la vigilancia en la frontera estadounidense, se ha registrado, al menos, una muerte diaria en promedio.
Pellizzari añadió que desde 1994, año en que llegó con su misión a la frontera México-estadounidense, suman más de 4.500 las muertes de los inmigrantes de quienes se tiene registro, pero dijo que podrían ser más, pues hay cuerpos que nunca se recuperan.
Precisó que el año de mayor incidencia mortal para los indocumentados fue 2005, con 516 decesos, mientras que en 2006 el número de muertes se ubicó en 485.
El misionero reveló que el último deceso del que tiene conocimiento, fue el de un inmigrante originario de Chiapas, que estuvo refugiado en la Casa a su cargo.
"Como personas de fe creemos que es importante orar por las personas que han fallecido, sobre todo por las familias de los inmigrantes que han fallecido y no han sido identificados, los cuales son muchos", afirmó.
El sacerdote dijo que el objetivo de las misas en la frontera es crear conciencia sobre la situación socio-económica de los inmigrantes y de sus derechos, los cuales deberían ser protegidos de los abusos de las autoridades y de las bandas de traficantes de personas que se lucran con sus necesidades.
Pellizzari dijo que este año la Casa que dirige espera atender a unos 10.000 inmigrantes, en contraste con los 9.470 del año pasado.