ROMA.- El ex oficial de las Fuerzas Armadas italianas Angelo Spagnoli, de 52 años, mató anoche a una persona e hirió a ocho disparando con una pistola y una carabina desde la terraza de su casa en Guidonia, localidad a unos 20 kilómetros de Roma.
El hombre, separado y padre de una niña, vivía con su madre y una hermana y ahora está detenido en una celda de la comisaría central de policía de Roma, acusado de homicidio, intento de homicidio, lesiones personales graves y posesión ilegal de armas y municiones.
Uno de los ocho heridos, un guardia jurado hospitalizado en Roma, está en condiciones gravísimas tras haber sido operado durante la noche en el cráneo para contener una hemorragia causada por un proyectil que, según parece, no dañó la funciones cerebrales vitales.
Spagnoli, que comenzó a tener problemas de depresión en 1988, disparó durante una hora y media y se rindió cuando terminó las municiones. Al parecer, hasta ahora el hombre no habló, salvo lo que dijo a los tres agentes a quienes se entregó: "ahora me tienen que cortar la cabeza, me tienen que matar".
Enzo Marco Letizia, secretario nacional de uno de los sindicatos de policia (ANFS), consideró que es necesario cambiar la política de las armas seguida hasta ahora.
"Hay que revisar las normas y las circulares poco rigurosas, a menudo ilegítimas, que consintieron el proliferar de gentes armadas en el territorio nacional", dijo.
Según el presidente de la Sociedad Italiana de Psiquiatría, Miani Bassi, es necesario aumentar la frecuencia y la atención de las visitas médicas para quienes quieren tienen permiso de armas, sobre todo si poseen más de un arma.
"Las condiciones físicas y sobre todo psíquicas de una persona pueden variar y, por esto, se requiere mayor atención", agregó el médico.