BEIJING.- El satélite chino "Chang E I", que marca el inicio del programa lunar del país asiático, inició con éxito la primera de sus órbitas alrededor de la Luna, según informaron fuentes del Centro de Control Aeroespacial de Beijing a través de la agencia estatal Xinhua.
El "Chang E I", lanzado el pasado 24 de octubre en la base espacial de Xichang, frenó su velocidad poco antes de llegar al perilunio (punto más cercano entre la nave y la Luna, a 300 kilómetros del satélite) para entrar desde allí a la órbita lunar, a las 11:37 horas de Beijing (00:37 en Chile).
A partir de ese momento, el satélite entró en el campo de gravedad de la Luna, que le irá atrayendo gradualmente a medida que el "Chang E I" vaya reduciendo su velocidad (de 2,3 kilómetros por segundo antes de llegar al perilunio), según explicó el jefe del centro de control, Wang Yejun.
Wang detalló que el momento en el que el satélite frenaba para alcanzar el perilunio fue una de las fases clave en la misión, ya que la nave podría haberse salido de la órbita si el freno se hubiera aplicado demasiado pronto, o podría haberse estrellado en suelo lunar en caso de que la acción se hubiera efectuado con retraso.
La sonda lunar "Chang E I", que toma su nombre de una diosa legendaria china, tiene previsto enviar su primera imagen de la Luna a finales de noviembre y continuará explorando el astro durante todo un año, con fotografías en tres dimensiones y análisis de la distribución de los elementos en su superficie.
Antes de llegar a la Luna, cambió cuatro veces su órbita terrestre (la última de ellas el pasado 31 de octubre), y la primera de las lunares es de 380.000 kilómetros.
El viernes 2 de noviembre, fue necesario que el centro de control llevara a cabo una corrección orbital, para asegurarse de que llegara en el momento justo al campo de gravedad lunar (estaba prevista una segunda corrección ayer, domingo, pero no fue necesaria).
El satélite, con un peso de 2.300 kilos, fue lanzado por cohetes propulsores "Larga Marcha III-A" y es el primer paso de China en su objetivo de pisar la Luna hacia el año 2020, uno de los puntos fuertes de un programa espacial que según Beijing tiene fines científicos y pacíficos, no militares.
Pese a ello, el programa espacial de China -que lanzó su primer astronauta al espacio en 2003- es visto con inquietud por países como EEUU, que teme que Pekín utilice este programa con fines militares.
Según los expertos, esto hace que la colaboración espacial entre EE.UU. y China sea nula, pese a las promesas de ambos por llevar a cabo programas conjuntos.
Prueba de ello es el rechazo de EEUU a que China tome parte en la Estación Espacial Internacional: el mismo día del lanzamiento del satélite lunar, la propaganda china expresó su intención de que la aventura del "Chang E I" sirva para que el país asiático muestre su capacidad tecnológica y pueda convertirse en el decimoséptimo país que tome parte en la citada estación.
Mientras, otras potencias asiáticas como Japón, Taiwán o la India parecen dispuestas a competir con China en misiones al cosmos, por lo que la carrera espacial que durante décadas mantuvieron EE.UU. y la URSS parece ahora ramificarse hacia Asia.