LA PAZ.- El presidente boliviano, Evo Morales, denunció hoy que "está en marcha una guerra económica" para desgastar a su gobierno y derrocarlo, y "una política para cerrar la Constituyente".
Morales hizo la denuncia ante una concentración campesina en Tiquina, un pequeño pueblo a 73 kilómetros al noreste de La Paz, a orillas del lago Titicaca que comparten Bolivia y Perú, en vísperas de que se inicien medidas de presión contra su política económica en seis de los nueve departamentos del país.
El presidente atribuyó a "algunas familias de Santa Cruz" la intención de desgastar políticamente a su gobierno.
"Una vez desgastado vamos a tumbar a ese indio, es el padrenuestro de algunos oligarcas, de algunas autoridades de Santa Cruz", dijo Morales.
Según su denuncia, a ese propósito obedece la escasez de alimentos y el aumento de la inflación de las últimas semanas, que ha provocado manifestaciones de protesta en varias ciudades del interior.
Morales acusó a "algunos grandes comercializadores" de carne y de aceite de especular provocando escasez y el aumento de precios en el mercado, de 20 (2,5 dólares) a 25 y 30 bolivianos (3,5 a 4 dólares) el kilo.