PARÍS.- La huelga del transporte que ha causado a los ferrocarriles franceses pérdidas por más de 100 millones de euros (146 millones de dólares), continuará mañana por séptimo día, uniéndose a un paro de funcionarios del Estado, informaron voceros sindicales.
Una "gran mayoría" de trabajadores ferroviarios votaron hoy en favor de la continuación de la huelga "y la tendencia es para continuar hasta el miércoles", dijo Daniel Laplui, vocero del sindicato UNSA-Cheminots.
La decisión de continuar la huelga acrecienta las presiones contra el Presidente Nicolas Sarkozy, quien ha prometido modernizar a Francia con vastas reformas que incluyen cercenar una serie de beneficios sociales, entre ellos acabar con algunos provechos especiales de jubilación para los ferroviarios y empleados de otros sectores.
Sarkozy ha hecho de la reforma de las pensiones una prioridad con el propósito de convertir a Francia en una nación más competitiva. La reforma derogaría las normas que permiten a los ferroviarios y otros funcionarios públicos retirarse tras cotizar a la seguridad social durante 37,5 años, en lugar de los 40 en el sector privado.
El miércoles, representantes sindicales se reunirán para discutir formas de poner fin a la huelga.
A su vez, funcionarios estatales que exigen un aumento de salarios proyectan realizar mañana un paro masivo, con lo cual los dos movimientos de protesta coincidirán aunque de manera breve.
La huelga de los funcionarios estatales "será, sin duda alguna, ampliamente acatada", admitió el ministro a cargo de esos funcionarios, Andre Santini. Pero advirtió a sus subordinados que no deben permitir que la huelga ferroviaria "contamine" su movimiento.
En tanto, la presidenta de la Autoridad de Trenes, Anne-Marie Idrac, dijo al diario financiero "La Tribune" que el costo de la huelga "es superior a los 100 millones de euros, que era la cantidad que intentaba poner en la mesa de negociaciones".
Añadió que la huelga ha afectado ante los pasajeros la reputación de la empresa que dirige.