GINEBRA.- La "tortura y los malos tratos son todavía generalizados y sistemáticos" en las prisiones de Brasil, según denuncia un informe del Comité de la ONU Contra la Tortura, reunido esta semana en Ginebra.
El informe fue impugnado con dureza por el gobierno de Brasilia ante ese mismo Comité de la ONU, según un documento recibido el jueves.
En una visita a cárceles brasileñas en julio de 2005, los expertos de la ONU constataron "un hacinamiento endémico, condiciones inmundas de reclusión, un calor asfixiante, falta de iluminación y confinamiento permanentes (...), además de una violencia general y la falta de una adecuada vigilancia que conduce a la impunidad" de los autores de los malos tratos.
Esas deplorables condiciones de detención "producen en los reclusos daños físicos y psicológicos irremediables", así como una "amenaza constante de amotinamiento violento" en las cárceles.
En agosto, 25 presos murieron carbonizados en un incendio provocado durante una reyerta en una prisión del estado de Minas Gerais (sureste de Brasil).
Desde principios de noviembre, ocho personas murieron y otras 40 resultaron heridas en varios motines en cárceles del noreste de Brasil.
El gobierno brasileño ha criticado el informe del Comité de la ONU porque, en su opinión, los expertos de Naciones Unidas "no han distinguido entre la práctica de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, por un lado, y la ausencia de un trato humano a las personas privadas de libertad".
El Comité de la ONU también ha subrayado que "otro factor que contribuye a la impunidad es que los jueces brasileños no aplican la ley contra la tortura de 1997 y prefieren clasificar los casos de tortura como maltrato físico o extralimitación".
Los expertos de la ONU también lamentaron el cese en 2003 de la campaña contra la tortura puesta en marcha por las autoridades brasileñas y algunas organizaciones de la sociedad civil.