CIUDAD DEL VATICANO.- Los gobiernos deben hacer más para ayudar a los jóvenes inmigrantes y refugiados en sus países, y protegerlos de la explotación sexual y tráfico humano, sostuvo hoy el Papa Benedicto XVI.
Por su parte, los inmigrantes deben obedecer las leyes y no recurrir a la violencia, dijo el Pontífice en un mensaje para el Día Mundial de los Inmigrantes y Refugiados de la Iglesia Católica Romana, que se celebrará el 13 de enero próximo.
El Papa emitió su mensaje mientras los países ricos del mundo, desde Estados Unidos a las naciones europeas, están comprometidos en acalorados debates sobre inmigración y su efecto sobre aspectos culturales, educacionales y delictivos.
En el mensaje de dos páginas, el Papa afirmó que el vasto proceso de globalización había creado muchos problemas. Jóvenes inmigrantes, incluyendo niños, se convierten fácilmente en víctimas de las peores formas de explotación, agregó.
"Estos niños y niñas terminan a menudo abandonándose a sí mismos y presas de explotadores inescrupulosos que a menudo los transforman en objeto de violencia física, moral y sexual", declaró el Pontífice.
"Aunque sea verdad que se está haciendo mucho por ellos, aún se necesita un compromiso mucho mayor para ayudarlos a crear una hospitalidad apropiada y estructuras formativas", agregó Benedicto XVI.
Según la agencia de refugiados de la ONU, hay cerca de 33 millones de personas que buscan asilo, refugiados y otros cuya situación concierne a este organismo.
El Papa dijo que la preocupación por los problemas de los inmigrantes que buscan una mejor vida no debe desviar la atención de la situación apremiante de millones de víctimas de migración forzada, especialmente niños.
"Es imposible permanecer en silencio frente a estas angustiantes imágenes de los enormes campamentos de refugiados presentes en diferentes partes del mundo", declaró el Papa.
"¿Cómo no podemos pensar que estos pequeños seres han llegado al mundo con las mismas expectativas legítimas de felicidad como otros?", dijo Benedicto XVI.
Por su parte, sostuvo el Papa, los inmigrantes deben cumplir "meticulosa y seriamente" sus deberes en los países donde viven.
"Sean respetuosos de las leyes y nunca se dejen ser llevados por el odio y la violencia", dijo Benedicto XVI a los inmigrantes.
A comienzos de este mes, Italia y Rumania estuvieron sumergidos en una amarga disputa diplomática por la decisión de Roma de deportar a extranjeros que considera peligrosos, la mayoría de ellos inmigrantes rumanos vinculados a una serie de crímenes en la capital italiana.