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Dramática carta de Ingrid Betancourt es "una llamada de auxilio" según sus hijos

El testimonio de la periodista, en el que pide a su madre que la ayude a comunicarse con sus hijos a través de "tres mensajes semanales" conmovió a todo el país.

01 de Diciembre de 2007 | 11:52 | El Mercurio Online
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Delgada y triste luce la ex candidata presidencial de Colombia en el video difundido ayer.

EFE

BOGOTÁ.- Luego de que esta madrugada se conociera la misiva que la periodista colombiana Ingrid Betancourt pudo hacer llegar a su madre como una prueba de que aún permanece con vida, sus hijos la catalagoron como "una llamada de auxilio", mientras que su esposo destacó la desesperación de su mujer.


Hoy el diario "El Tiempo" de Bogotá reprodujo la carta que a continuación se presenta, en la que la mujer hizo notar las malas condiciones en que las FARC mantiene a sus rehenes.


La carta de Ingrid


"Este es un momento muy duro para mí. Piden pruebas de supervivencia a quemarropa y aquí estoy escribiéndote mi alma tendida sobre este papel. Estoy mal físicamente. No he vuelto a comer, el apetito se me bloqueó, el pelo se me cae en grandes cantidades.


No tengo ganas de nada. Creo que eso es lo único que está bien, no tengo ganas de nada porque aquí en esta selva la única respuesta a todo es 'no'. Es mejor, entonces, no querer nada para quedar libre al menos de deseos. Hace 3 años estoy pidiendo un diccionario enciclopédico para leer algo, aprender algo, mantener la curiosidad intelectual viva. Sigo esperando que al menos por compasión me faciliten uno, pero es mejor no pensar en eso.


De ahí para adelante, cualquier cosa es un milagro, hasta oírte por las mañanas porque el radio que tengo es muy viejo y dañado.


Quiero pedirte mamita linda que le digas a los niños que quiero que me manden tres mensajes semanales (...) Nada trascendental, sino lo que puedan y se les ocurra escribir de afán (...) No necesito nada más, pero necesito estar en contacto con ellos. Es la única información vital, trascendental, imprescindible, lo demás ya no me importa (...).


Como te decía, la vida aquí no es vida, es un desperdicio lúgubre de tiempo. Vivo o sobrevivo en una hamaca tendida entre dos palos, cubierta con un mosquitero y con una carpa encima, que oficia de techo, con lo cual puedo pensar que tengo una casa.
Tengo una repisa donde pongo mi equipo, es decir, el morral con la ropa y la Biblia que es mi único lujo. Todo listo para salir corriendo. Aquí nada es propio, nada dura, la incertidumbre y la precariedad son la única constante. En cualquier momento dan la orden de empacar y duerme uno en cualquier hueco, tendido en cualquier sitio, como cualquier animal (...) Me sudan las manos y se me nubla la mente y termino haciendo las cosas dos veces más despacio que lo normal. Las marchas son un calvario porque mi equipo es muy pesado y no puedo con él (...) Pero todo es estresante, se pierden mis cosas o me las quitan, como el bluyin que Mela (Mélani) me había regalado en Navidad, con el que me cogieron. Lo único que he podido salvar es la chaqueta, ha sido una bendición, porque las noches son heladas y no he tenido más que echarme encima.


Antes disfrutaba cada baño en el río. Como soy la única mujer del grupo, me toca prácticamente vestida: shorts, brasier, camiseta, botas. Antes me gustaba nadar en el río hoy ni siquiera tengo alientos para eso. Estoy débil, friolenta, parezco un gato acercándose al agua. Yo que tanto he adorado el agua, ni me reconozco. (...) Pero desde que separaron los grupos no he tenido ni el interés ni la energía para hacer nada. Hago algo de estiramiento porque el estrés me bloquea el cuello y duele mucho.


Con los ejercicios de estiramiento, el split y demás logro aliviar un poco la tensión en el cuello. (...) Yo trato de guardar silencio, hablo lo menos posible para evitar problemas. La presencia de una mujer en medio de tantos prisioneros que llevan 8 y 10 años cautivos es un problema (...) En las requisas le quitan a uno lo que uno más quiere. Una carta que me llegó tuya me la quitaron después de la última prueba de supervivencia en el 2003. Los dibujos de Natasha y Stanis, las fotos de Mela y Loli, el escapulario de mi papá, un programa de gobierno con 190 puntos, todo me lo quitaron. Cada día me queda menos de mí misma. Algunos detalles ya Pinchao te los contó. Todo es duro.


Es importante que le dedique estas líneas a aquellos seres que son mi oxígeno, mi vida. A quienes me mantienen con la cabeza fuera del agua, no me dejan ahogarme en el olvido, la nada y la desesperanza. Ellos son tú, mis hijos, Astrica y mis chiquitines, Fab, tía Nancy y Juangui.


Todos los días estoy en comunicación con Dios, Jesús y la Virgen (...) Aquí todos tienen dos caras, la alegría viene y luego el dolor. La felicidad es triste. El amor alivia y abre heridas nuevas... es vivir y morir de nuevo. Durante años no pude pensar en los niños y el dolor de la muerte de mi papá copaba toda la capacidad de aguante.


Llorando pensaba en ellos, sentía que me asfixiaba, que no podía respirar. Entre mí me decía: 'Fab está ahí, él cuida de todo, no hay que pensarlo ni hay que pensar'. Casi me enloquezco con la muerte de mi papá. Nunca supe cómo fue, quiénes estaban, si me dejó un mensaje, una carta, una bendición.


Pero lo que ha aliviado mi tormenta es pensar que se fue confiando en Dios y que allá volveré a abrazarlo. De eso estoy segura. Sentirte fuerte ha sido mi fuerza. Yo no vi mensajes sino hasta que me unieron con Lucho, Luis Eladio Pérez, el 22 de agosto del 2003. Fuimos amigos entrañables, nos separamos en agosto. Pero durante ese tiempo él fue mi apoyo, mi escudero, mi hermano (...).


Tengo en mi memoria cada una de las edades (de mis hijos). En cada cumpleaños les canto el Happy Birthday. Solicito que me permitan hacer una torta. Pero desde hace tres años siempre que pido, la respuesta es no. Igual, si traen una galleta o una sopa cualquiera de arroz y fríjol, que es lo usual, con eso hago de cuenta que es una torta y les celebro en mi corazón su cumpleaños.


A mi Melelinga (Melanie); mi sol de primavera, mi princesa de la constelación del cisne, a ella que tanto adoro, quiero decirte que soy la mamá más orgullosa de esta tierra (...) Y si tuviera que morir hoy, me iría satisfecha con la vida dándole gracias a Dios por mis hijos. Estoy feliz con su master en N.Y. Eso es exactamente lo que yo le hubiera aconsejado (...) Pero ojo, es muy importante que haga su DOCTORADO. En el mundo de hoy, hasta para respirar se necesitan credenciales (...) No me voy a cansar en insitirle a Loli (Lorenzo) y Mela que no claudiquen hasta obtener su PhD. Quisiera que Mela me lo prometiera (...).


(Le da muchos consejos a Melanie y concluye) Siempre te he dicho que eres lo mejor, mucho mejor que yo, algo así como la mejor versión de lo que yo quisiera ser. Por eso, con la experiencia que he acumulado en mi vida y en la perspectiva que da del mundo mirarlo desde la distancia, te pido mi vida que te prepares para llegar a la cumbre.


A mi Lorenzo, mi Loli Pop, mi ángel de luz, mi rey de aguas azules, mi chief musician que me canta, y me encata, al dueño de mi corazón, quiero decirle que desde el día en que nació hasta hoy ha sido mi manantial de alegrías. Todo lo que viene de él es bálsamo para mi alma, todo me reconforta, todo me apacigua, todo me da placer y placidez (Asimismo le dedica varios párrafos a su hijo Lorenzo).


Al fin pude oírle la voz, un par de veces este año. Me dio temblor de la emoción. Es mi Loli, la voz de mi niño, pero ya hay otro hombre encima de la voz de niño. Una ronquera de hombre-hombre, como la de mi papá. (...)


El otro día recorté una foto en la prensa, que llegó de casualidad. Es una propaganda de un perfume de Carolina Herrera '212 Sexy men'. Sale un muchacho joven y pensé: así debe estar mi Lorenzo. Y la guardé.


(...) Tienen la vida pendiente, busquen llegar a lo más alto, estudiar es crecer, no sólo por lo que se aprende intelectualmente, sino por la experiencia humana, la gente alrededor de uno que lo alimenta emocionalmente para tener cada día mayor control sobre uno mismo, y espiritualmente, para moldear un mayor carácter de servicio a los demás, donde el ego se reduzca a su más mínima expresión y se crezca en humildad y fuerza moral. Una va con otra. Eso es vivir, crecer para servir (...).


A mi Sebastián adorado, mi pequeño príncipe de viajes astrales y ancestrales. ¡Tanto que quiero decirle! Primero, que no quiero irme de este mundo sin que él tenga el conocimiento, la certeza y la confirmación de que no son 2, sino 3 mis hijos del alma (...) Pero con él tendré que desenredar años de silencios que me pesan demasiado desde el cautiverio.


Decidí que mi color favorito es el azul de sus ojos (...). Por si acaso no llego a salir de aquí, te lo escribo para que lo guardes en tu alma, mi Babon adorado, y para que entiendas, lo que yo entendí cuando tus hermanos nacieron, y es que siempre te he querido como al hijo que eres y que Dios me dio. Los demás son formalidades.


(Luego le dedica otros párrafos a Fabrice Delloye, el padre de sus hijos) Yo sé que Fab ha sufrido mucho por mí. Pero que su sufrimiento tenga alivio en saber que él ha sido fuente de paz para mí. (...) Dile a Fab que en él me recuesto, sobre sus hombros lloro, en el me apoyo para seguir sonriendo de tristeza, su amor me hace fuerte. Porque está él al frente de las necesidades de mis hijos, puedo terminar de respirar sin que me duela tanto la vida. (...)


A mi Astrica, tantas cosas que no sé por donde empezar. De pronto decirle que su "hojita de vida" me salvó durante el primer año de secuestro, durante el año de duelo de mi papá. (...)



Necesito hablar con ella de todos estos momentos, y abrazarla y llorar hasta que se me agote el pozo de lágrimas que tengo en el cuerpo. En todo lo que hago durante el día está ella como referencia.


Siempre pienso 'Esto lo hacía con Astrid cuando éramos chiquitas', o 'esto lo hacía Astrid mejor que yo' (...) La he oído varias veces por radio. Siento mucha admiración por su impecable expresión, por la calidad de su reflexión, por el dominio de sus emociones, por la elegancia de sus sentimientos. La oigo y pienso: 'Yo quiero ser así' (...). Me imagino cómo gozan con Anastasia y Stanis (sobrinos de Ingrid). Como me ha dolido que me quitaran sus dibujos.


El poema de Anastasia decía, 'por un golpe de suerte, por un golpe de magia o un golpe de Dios, en tres años o 3 días estarás de vuelta con nosotros'. Y el dibujo de Stanis era un rescate con helicóptero, yo dormida en una caleta igualita a las de aquí, y él era mi salvador. (Luego agradece a otros familiares).


Mamita, son tantas las personas a las cuales quiero darles las gracias por acordarse de nosotros, por no habernos abandonado.


Durante mucho tiempo hemos sido como los leprosos que afean el baile, los secuestrados no somos un tema "políticamente correcto", suena mejor decir que hay que ser fuertes frente a la guerrilla aún sin sacrificar algunas vidas humanas.


Ante eso, el silencio. Sólo el tiempo puede abrir las conciencias y elevar los espíritus. Pienso en la grandeza de los Estados Unidos, por ejemplo.


Esa grandeza no es el fruto de la riqueza en tierras, materias primas, etc, sino el fruto de la grandeza de alma de los líderes que moldearon la Nación. Cuando Lincoln defendió el derecho a la vida y a la libertad de los esclavos negros de América, también se enfrento con muchos Floridas y Praderas.


Muchos intereses económicos y políticos que consideraban que eran superiores a la vida y a la libertad de un puñado de negros. Pero Lincoln ganó, y quedó impreso en el colectivo de esa nación la prioridad de la vida del ser humano sobre cualquier otro interés.


En Colombia todavía tenemos que pensar de dónde venimos, quiénes somos y a dónde queremos ir. Yo aspiro a que algún día tengamos esa sed de grandeza que hace surgir a los pueblos de la nada hacia el sol.


Cuando seamos incondicionales ante la defensa de la vida y de la libertad de los nuestros, es decir, cuando seamos menos individualistas y más solidarios, menos indiferentes y más comprometidos, menos intolerantes y más compasivos. Entonces ese día seremos la nación grande que todos quisiéramos que fuéramos.


Esa grandeza está ahí dormidita en los corazones. Pero los corazones se han endurecido y pesan tanto que no permiten sentimientos elevados. Pero hay mucha gente que yo quisiera agradecer porque están contribuyendo a despertar los espíritus y a engrandecer a Colombia. No puedo mencionarlos a todos pero sí a algunos (menciona al ex presidente López 'y en general a los ex presidentes liberales', a Hernán Echavarría, a los familiares de los diputados, a Monseñor Castro y al Padre Echeverri).


Mamita, ay vinieron por las cartas. No voy a alcanzar a escribir todo lo que quisiera. A Piedad y a Chávez todo, todo mi afecto y mi admiración. Nuestras vidas están ahí, en el corazón de ellos, que sé que es grande y valeroso. (Les dedica un párrafo de agradecimiento a Hugo Chávez, a Álvaro Leyva, a Lucho Garzón y a Gustavo Petro, y luego menciona a periodistas).


Mi corazón también le pertenece a Francia (...) Cuando la noche era la más oscura, Francia fue el faro. Cuando era mal visto pedir nuestra libertad. Francia no se calló. Cuando acusaron a nuestras familias de hacer daño a Colombia, Francia les dio apoyo y consuelo.


No podría creer que es posible algún día libre de aquí, si no conociera la historia de Francia y de su pueblo. Le he pedido a Dios que me cubra de la misma fuerza con la que Francia ha sabido soportar la adversidad para sentirme más digna de ser contada entre sus hijos.


Quiero a Francia con el alma, las voces de mi ser buscan nutrirse de los componentes de su carácter nacional, siempre buscando guiarse por principios y no por intereses. Quiero a Francia con mi corazón, porque admiro la capacidad de movilización de un pueblo que como Camus entiende que vivir es comprometerse. (...) Todos estos años han sido terribles, pero no creo que podría seguir aún viva sin el compromiso que nos brindaron a todos los que aquí vivimos muertos.


(...) Sé que lo que estamos viviendo está lleno de incógnitas, pero la historia tiene su propios tiempos de maduración, y el Presidente Sarkozy está parado en el meridiano de la historia. Con el Presidente Chávez, el Presidente Bush y la solidaridad de todo el continente podríamos presenciar un milagro.


Durante muchos años he pensado que mientras esté viva, mientras siga respirando, tengo que seguir albergando la esperanza. Ya no tengo las mismas fuerzas, ya me cuesta mucho trabajo seguir creyendo, pero quería que sientan que lo que han hecho por nosotros marca la diferencia. Nos hemos sentido seres humanos (...). Mamita tendría más cosas para decirte. Explicarte que hace tiempo no tengo noticias de Clara y de su bebé (...). Bueno, mamita, Dios nos ayude, nos guíe, nos dé paciencia y nos cubra. Por siempre y para siempre", finaliza Betancourt.

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