LONDRES.- Las tropas británicas esperan que su retiro de Basora, en el sur de Irak, ayude a reducir los altos niveles de criminalidad y violencia en ese país árabe.
Las fuerzas militares de Gran Bretaña entregará en las próximas semanas el poder de la ciudad a la policía y la armada iraquíes. En ese sentido, el general mayor Graham Binns, a cargo de las tropas británicas en el sudeste de Irak, declaró que espera que la retirada de los soldados ayude a reducir el nivel de criminalidad en el país.
Binns explicó que cuando las tropas británicas abandonaron en septiembre pasado el Palacio de Basora, los ataques contra ellos se redujeron en un 90 por ciento.
Las batallas contra las milicias, que eran muy comunes a comienzo del año, se han reducido, y la medida ayudó a los vecinos y habitantes del lugar a cambiar su percepción de los británicos como fuerza de ocupación, explicó el general.
Sin embargo, fuentes locales informaron que tras la retirada parcial de las tropas, ha aumentado la criminalidad y los secuestros.En tanto, el jefe policial de Basora, el general Jalil Khalaf, expresó preocupación por los constantes ataques a las mujeres.
El agente indicó que aquellas mujeres que no cumplen con los estrictos códigos islámicos de vestimenta son cada vez más atacadas por extremistas religiosos.Por su parte, Ahmed Jalil, oficial de la armada iraquí, afirmó que el problema central "es que no hay nadie a cargo de Basora".
"Cada partido quiere quedarse con el poder. Esto lleva a conflictos y violencia entre los diferentes grupos. No tiene nada que ver con las fuerzas británicas. Ya sea que se queden o se retiren, esta batalla por el liderazgo seguirá", dijo.