INDONSIA.- Una propuesta conjunta de Estados Unidos y Europa para liberalizar el comercio de productos y servicios ecológicos, como paneles solares, mejoraría la disponibilidad de tecnología para combatir el recalentamiento global, consideró el domingo la representante comercial norteamericana.
En el marco de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Indonesia, Susan Schwab dijo que los países en desarrollo tienen aranceles promedio de 9% sobre la lista de 43 productos y servicios considerados ecológicos.
"La pregunta es, ¿cómo podemos hacer un mejor trabajo para lograr que estén disponibles y garantizar un mayor uso de tecnologías para mitigar el cambio climático?", dijo Schwab, tras una reunión de ministros de comercio en la conferencia global, que se realiza en Bali.
Los países en desarrollo que asisten a la conferencia han pedido a las naciones ricas que aceleren la transferencia de las tecnologías consideradas amigables con el medio ambiente, a fin de ayudar a reducir las emisiones de bióxido de carbono y otros gases que atrapan el calor en la atmósfera, a los que se atribuye el incremento en las temperaturas globales.
Los recortes en los aranceles, realizados la semana pasada por Estados Unidos y la Unión Europea, no se aplicarán a los llamados biocombustibles, pese a que algunas economías emergentes, como Brasil, lo habían solicitado.
No está claro cuánto apoyo recibirá la oferta trasatlántica entre la Organización Mundial de Comercio, de 151 miembros.
El canciller brasileño, Celso Amorim, encargado también de los asuntos comerciales, objetó la propuesta en una conferencia de prensa, y dijo que la lista de productos presentaba defectos porque omitió etanol, producto del que Brasil es el principal exportador.
"Esta lista está incompleta, no hará mucho por el cambio climático. No está probado qué efectos tendrán estos productos sobre el cambio climático", dijo. "El único proyecto cuyos efectos sobre el cambio climático se muestra ya, que es el etanol... no es parte de la lista".
Amorim añadió que el uso del etanol durante 30 años en Brasil ha evitado la emisión de 670 millones de toneladas de bióxido de carbono.