BUENOS AIRES.- El Presidente argentino Néstor Kirchner y su inminente sucesora, Cristina Kirchner, reclamaron la liberación de la rehén colombo-francesa Ingrid Bentacourt, ante 160 delegaciones extranjeras, entre ellas la encabezada por el primer ministro francés, Francois Fillon, invitados para los actos de este lunes para el traspaso del poder.
"Llamamos seriamente por su libertad (de Betancourt) todos los pueblos del mundo. Dios quiera que pronto se pueda solucionar", dijo el mandatario saliente la medianoche del domingo en la cena de gala en el ceremonial Palacio San Martín.
Fillon había declarado antes que "dejar a Ingrid Betancourt en la selva colombiana, dejar que el olvido se instale sería un crimen, y Francia no quiere participar de ese crimen".
El presidente colombiano Alvaro Uribe, antes de viajar a Buenos Aires para las ceremonias, designó a la Iglesia Católica como única responsable de negociar con la guerrilla colombiana de las FARC.
Las tratativas apuntan a la eventual creación de una 'zona de encuentro', para pactar un canje de 45 rehenes, entre ellos Bentancourt, ex candidata presidencial, por unos 500 rebeldes presos.
Cristina Kirchner dijo durante el banquete en honor de los visitantes: "Vamos a responder a la invitación del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, a colaborar en esta cruzada por la vida y la libertad".
"Estaremos haciendo honor también al Día de los Derechos Humanos (el 10 de diciembre) y esa Declaración Universal, tras el horror de la Segunda Guerra y el horror del Holocausto", dijo la mandataria electa, ante una decena de mandatarios y altos funcionarios extranjeros enviados a Buenos Aires.
Néstor Kirchner mencionó que en una de las mesas estaba Yolanda Pulecio, madre de Betancourt, y le dijo que la saludaba "especialmente, como a una madre que está sufriendo junto a su familia por su hija secuestrada".
Pulecio había pedido el domingo apoyo de los gobiernos para la liberación de su hija y calificó de "desalmado" al presidente Uribe, por su intransigencia en la negociación.
"Pido el apoyo de todos los jefes de Estado presentes en este momento en Argentina para que sin más dilaciones ni condiciones se busque la manera de que Ingrid y otros rehenes sean liberados", afirmó Pulecio a la prensa.
Buenos Aires se convirtió en un escenario involuntario de las nerviosas conversaciones por la liberación de rehenes en el marco de la presencia de casi una decena de jefes de Estado, entre ellos Uribe.
Otros actores del proceso son el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ambos ofrecidos como mediadores.
Sin embargo, Chávez había sido apartado de las negociaciones por Bogotá, cuando anunció la semana pasada que buscará una negociación directa con las FARC, con ayuda de Francia.
Sarkozy había reactivado después la presión al clamar por la libertad de Betancourt en un mensaje al líder de las FARC, Manuel Marulanda.
La zona de encuentro propuesta por Uribe despertó esperanzas entre los familiares de los rehenes, aunque analistas consideraron improbable que las FARC acepten las condiciones del gobierno colombiano.