JERUSALÉN.-Israel y El Vaticano negociarán mañana aspectos relacionados con el estatus de la Iglesia Católica en Tierra Santa, entre ellos la exención fiscal para edificios de culto en Jerusalén y la libertad de movimiento del clero.
La comisión bilateral permanente, cuya misión aparece contenida en el Acuerdo Fundamental de 1993 con el que El Vaticano reconoció plenamente al Estado de Israel, se reunirá mañana en Jerusalén, dijeron a EFE fuentes la Nunciatura Apostólica en Israel.
Dicho acuerdo fue la piedra fundacional del acercamiento entre Israel y El Vaticano, y el que abrió la senda al establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos estados un año después.
El documento no cerraba, sin embargo, todos los aspectos relativos al estatus de la Iglesia y los intereses de la Santa Sede dentro del Estado israelí, principalmente los económicos.
"Las relaciones son muy singulares" explica a EFE el primer embajador israelí en el Vaticano, Shmuel Hadas. Agrega que las relaciones desde el primer momento fueron fluidas y el diálogo muy estrecho aunque precisa que "no faltan problemas y altibajos que se reflejan, por ejemplo, en la dimensión financiera".
Hadas, quien fuera asimismo embajador en España, recalca que el escollo principal en la actualidad es la falta de acuerdo sobre el pago de impuestos municipales y aranceles aduaneros por las instituciones eclesiásticas en Tierra Santa.
Por su parte, el vice-custodio de Tierra Santa, el padre franciscano Artemio Vítores, habla de "tensiones evidentes" aunque define las relaciones como "de coexistencia pacífica o buena vecindad, pero sin grandes abrazos".
Al explicar los principales puntos que impiden que las relaciones fluyan destaca la cuestión fiscal, pues hasta la fecha Israel no ha firmado el acuerdo económico que debería establecer los derechos y deberes en cuanto a impuestos y propiedades de las comunidades católicas en el país.
Vítores menciona que en Tierra Santa "todas las iglesias han seguido unas normas que datan de tiempos del Imperio Otomano, luego aceptadas por los ingleses y que siguieron funcionado hasta la fecha".
"Hablamos de lugares públicos, santuarios, escuelas y hospicios que estaban libres de impuestos porque tenían sobre todo una misión social,” precisa.
Israel propuso que esos bienes fueran considerados como entidades sin ánimo de lucro o públicas, pero -advierte Vítores- en tal caso, "deberían recibir ayudas del Gobierno y hasta ahora no recibimos ninguna subvención, vivimos de lo que nos dan los peregrinos".