PEKÍN.- El Ministerio de Asuntos Exteriores chino volvió hoy a calificar al Dalai Lama de "exiliado político disfrazado de religioso" y advirtió, con respecto a su actual gira por Italia, que Pekín "se opone a que cualquier Estado apoye sus actividades".
El portavoz de la Cancillería china Qin Gang también reiteró que el líder tibetano lleva a cabo actos "separatistas que amenazan la unidad nacional".
El Dalai Lama, exiliado en la India desde su huida del Tíbet en 1959, visita varias ciudades italianas del 5 al 16 de diciembre, una gira que, como todas las que el líder religioso lleva a cabo por otros países, es vista con recelo por Pekín.
Sin embargo, es de esperar que el Gobierno chino no proteste formalmente contra Roma, mientras el Nobel de la Paz no mantenga reuniones oficiales con líderes italianos y se limite, como es habitual, a dar conferencias y seminarios.
En un principio se barajaba que el Dalai se reuniese con el Papa Benedicto XVI, aunque finalmente se rechazó esta posibilidad, algo que según los analistas se debe a los esfuerzos del Vaticano por acercar posiciones con Pekín y lograr que los dos Estados restauren sus relaciones diplomáticas, rotas hace más de medio siglo.
Este año Pekín expresó su más enérgica protesta por la reunión del Dalai Lama con la canciller alemana, Angela Merkel, así como por la concesión de una medalla al líder tibetano por parte del Congreso de EE.UU.