RIO DE JANEIRO.- El lanzamiento de un cohete brasileño con un módulo en el que se efectuarán experimentos argentinos fue aplazado hoy por tercera vez, en esta ocasión por problemas técnicos, informaron fuentes oficiales.
La primera misión espacial conjunta de los dos mayores países suramericanos estaba prevista para el pasado miércoles y ahora ha quedado programada para mañana desde el Centro de Lanzamiento de la Barrera del Infierno en Angicos, municipio del estado brasileño de Río Grande do Norte.
El lanzamiento fue aplazado el miércoles ya que los técnicos no terminaron todos los preparativos, ayer porque los fuertes vientos amenazaban con desviar el cohete de su ruta y hoy debido a problemas en uno de los experimentos a efectuar.
"La comunicación de datos entre la estación terrestre y el equipo en el que será experimentado un control de altitud estaba interrumpida y cuando resolvimos el problema los vientos ya eran muy fuertes", informó el jefe de la misión argentina, Roberto Oscar Yasielski.
Las autoridades de los dos países aplazaron la operación para mañana entre las 6.00 y las 7.30 horas locales en Angicos, cuando la ventana de lanzamientos estará nuevamente abierta.
El plazo final para el posible lanzamiento es el próximo lunes, cuando dicha ventana se cerrará. La misión prevé el lanzamiento de un cohete VS30 brasileño, de cerca de 7,9 metros de altura y 1.500 kilos, con un módulo de carga útil con experimentos argentinos y un peso de 348 kilos.
Durante la llamada "Operación Angicos", de aproximadamente siete minutos, el cohete brasileño alcanzará una altura máxima de cerca de 150 kilómetros y llegará a las capas exteriores de la atmósfera, en donde, con un ambiente de gravedad casi nula, se realizarán varios experimentos científicos.
Entre los experimentos que serán hechos en esas condiciones figuran un sistema argentino de navegación, un equipo para medir la inercia, un receptor GPS y un sistema de control, todos desarrollados en Argentina, así como un sistema de recepción por satélite de una universidad brasileña.
A su regreso todos los equipos tendrán que ser rescatados del océano Atlántico por barcos de la Armada brasileña.