ISLAMABAD.- El presidente Pervez Musharraf levantará el sábado el estado de emergencia, una medida que las potencias occidentales esperan que estabilice al país en medio de un aumento de la violencia de los milicianos.
Musharraf dará la noche del sábado un discurso al país por radio y televisión, pero críticos dicen que las restricciones a los medios y los jueces permanecerán antes de la elección general del 8 de enero.
El Gobierno dice que los derechos constitucionales serán restaurados, pero la oposición sostiene que Musharraf aún puede manipular un triunfo en la elección en favor de sus aliados y asegurarse una base de poder pese al creciente malestar y su impopularidad.
Citando la cada vez mayor violencia de los milicianos, Musharraf impuso el estado de emergencia el 3 de noviembre, suspendió la constitución y removió a los magistrados de la Corte Suprema para evitar los cuestionamientos a su reelección, que fue aprobada por los nuevos jueces escogidos.
Dos soldados y tres civiles murieron el sábado cerca de un campamento del Ejército pakistaní debido a una explosión provocada por un atacante suicida en una bicicleta, lo que recordó el creciente número de ataques insurgentes de este año, en los que cientos de personas han muerto.
Frente a la condena internacional, incluso de su aliado Estados Unidos, Musharraf dijo que restauraría la constitución.
Sin embargo, algunos abogados y jueces que fueron removidos por Musharraf aún se encuentran bajo arresto domiciliario. Los medios pakistaníes criticaron esta semana una prohibición a las transmisiones en vivo y dijeron que era un intento por controlar la cobertura de las elecciones.
Es posible que el fin del estado de emergencia no cambie su situación. "Yo sé que no seré liberado, el levantamiento del estado de emergencia no cambiará nada", dijo Tariq Mehmood, un importante abogado opositor que se encuentra bajo arresto domiciliario."El Ejército y Musharraf aún tendrán el control total", agregó.
Supervisores de la elección y muchos políticos temen que Musharraf, pese a los llamados por una elección justa, interfiera en las urnas a través de una red de jefes de distrito, votos fraudulentos y mediante la exclusión de los partidarios de la oposición de los locales de votación