QUITO.- La crisis entre Quito y Bogotá se caldeó al reconocer el gobierno de Álvaro Uribe que un ecuatoriano murió en el ataque militar colombiano contra las FARC en Ecuador, ante lo cual su homólogo Rafael Correa anticipó que la OEA debería intervenir otra vez en el conflicto.
"En caso de que se verifique que hay un ecuatoriano fallecido, esto sería extremadamente grave y la Organización de Estados Americanos (...) tendría que actuar de forma contundente porque ya es mucho más complicado el asunto", había advertido el sábado el presidente ecuatoriano.
Entretanto Colombia admitió el domingo que el cadáver del supuesto rebelde que fue trasladado a Bogotá junto al abatido número dos de las FARC, Raúl Reyes, es de un ecuatoriano.
Sin embargo, el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, advirtió al gobierno de Correa que no se deje "asaltar de su buena fe por unos delincuentes".
"Tengan cuidado y corroboren con sus propias autoridades la identidad de las personas", señaló Santos en unas lacónicas declaraciones.
Después de que dio por superado el conflicto al rechazar los cancilleres de la OEA la violación de la soberanía de su país, Correa reaccionó con dureza ante la entonces eventualidad de que el ecuatoriano Franklin Aisalia hubiera muerto en el bombardeo contra el campamento de la guerrilla marxista.
"Un ecuatoriano muerto en territorio de Ecuador provocará una lucha diplomática tremendamente fuerte, compañeros, porque no dejaremos ese asesinato en la impunidad", añadió.
Un delegado de la Fiscalía ecuatoriana y los padres de Aisalia viajarán este lunes a Bogotá para reconocer el cuerpo, que Bogotá presumía que correspondía al de Julián Conrado, compositor de temas alegóricos a la lucha guerrillera y considerado un ideólogo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).