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Israel cumple sesenta años con la paz como asignatura pendiente

Tras sobrevivir a media docena de guerras y a dos Intifadas la nación celebrará el aniversario en medio de un nuevo intento de alcanzar un acuerdo que le garantice la paz.

02 de Mayo de 2008 | 06:22 | EFE

JERUSALÉN.- El Estado de Israel cumple el próximo jueves sesenta años con la asignatura pendiente de resolver el conflicto desencadenado por su existencia, que se ha convertido en el más antiguo y el de mayor repercusión en el globo.


La inestabilidad política y militar causada por la creación en 1948 del Estado Judío en el antiguo protectorado británico de Palestina -por presión sionista tras el genocidio nazi en la Segunda Guerra Mundial-, no ha tenido parangón en las últimas seis décadas.


Y es el trasfondo de la actual tensión entre Islam y Occidente, que tiene su origen en la percepción islámica de un favoritismo occidental hacia los israelíes en detrimento de los palestinos, que habitaban en el territorio en que se fundó el nuevo estado.


Tras sobrevivir a media docena de guerras con ejércitos árabes y a dos Intifadas, pero sin haber logrado doblegar por completo al movimiento palestino, Israel celebrará el aniversario en medio de un nuevo intento de alcanzar un acuerdo que le garantice la paz.


Después también de un rosario de mediaciones fallidas y negociaciones inconclusas, el proceso de Annapolis se inició en la cumbre de diciembre en esa ciudad norteamericana con el objetivo de sentar las bases de un estado palestino junto al israelí.


El propósito no es otro que aplicar la decisión adoptada en 1947 por Naciones Unidas de dividir la antigua palestina en dos estados, lo que propició la proclamación del Estado Judío pero fue rechazado por el mundo árabe, que al año siguiente emprendió las hostilidades.


La "Guerra de la Independencia" se desató el día de la proclamación de Israel, le enfrentó a Siria, Egipto, El Líbano, Irak y Jordania, y fue la primera de las tres conflagraciones armadas que han sido decisivas en la historia del Estado Judío.


La victoria permitió al estado recién creado la conquista del territorio reconocido internacionalmente desde entonces como "israelí,” y que dobla en extensión al que le había asignado la ONU.


Guerra de los Seis Días


El segundo punto de inflexión se produjo en 1967 con la "Guerra de los Seis Días", que condujo a la ocupación por Israel de varias parcelas de los países vecinos: las palestinas Gaza y Cisjordania, el Golán sirio, las libanesas granjas de Chebaa y el Sinaí egipcio.


Excepto esa península -devuelta a Egipto en 1982-, el Estado Judío sigue con el control del resto de esos territorios; Israel pasó hace cuarenta años de ser un país amenazado a ser una potencia ocupante que emplea blancos civiles en sus represalias militares.


La guerra contra la guerrilla chií libanesa Hizbulá supuso en 2006 el tercer jalón bélico que ha marcado la senda del Estado Judío, que después de encadenar a lo largo de los lustros éxitos castrenses recibió hace dos años su primer varapalo militar.


Tras el fracaso de su ejercito en el país de los cedros, Israel parece haber sido consciente de su vulnerabilidad, ha reactivado la negociación con los palestinos y enviado mensajes conciliadores a países árabes que no han abandonado la línea dura, como Siria.


En palabras del agregado militar de una embajada europea, "la clave está en que Israel ha caído en la cuenta de que tiene que cambiar de estrategia para asegurarse su supervivencia como estado".


"Hasta ahora, el conflicto se desarrollaba según los distintos parámetros que sobre la
noción del tiempo tienen israelíes por un lado, y palestinos y árabes por el otro", explica esta fuente.


"Los árabes y palestinos piensan en el tiempo a largo plazo, y están dispuestos a esperar lo que sea necesario hasta lograr la victoria final aunque en el día a día sufran derrotas, pero los israelíes tienen un concepto de tiempo a corto plazo", agrega.


"Esa lógica permitía a las dos partes pensar que el tiempo estaba de su lado, que iban ganando. Los árabes, convencidos de acabar con Israel aunque fuera dentro de un siglo, y los israelíes, contentos porque no hacían más que coleccionar triunfos militares", añade.


Y concluye: "al menos por parte israelí, eso ha cambiado con la última guerra en El Líbano, aunque quizá llegue tarde".

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