CATANIA.- Violentas explosiones se escucharon durante toda la noche en los centros de la ladera sudeste del volcán Etna e incluso en las zonas marinas de Acireale, a dos meses exactos de que comenzara la erupción.
La nueva fase comenzada el 13 de mayo convocó a numerosos curiosos sobre el Etna para admirar lo que los expertos del Instituto nacional de geofísica y volcanología (INGV) de Catania llaman una erupción "turística".
Los apasionados por la noche pueden ver el lanzamiento de fragmentos de lava incandescente, que luego recaen en la zona de la cumbre, y la salida del magma de tres facturas que se abrieron entre una altura de 2.700 y 2.800 metros, en la base del cráter del sudeste.
De las bocas sale una colada bien alimentada, que recorre varios centenares de metros, se divide en dos brazos que se vuelcan en el desértico valle del Bove sin constituir por el momento un peligro para las personas.
Los frentes más avanzados recorrieron algunos centenares de metros respecto a días pasados pero parecen haberse detenido.
El temblor interno del volcán está en leve aumento mientras que está ausente la actividad sísmica.
