Un rescatista israelí observa el agujero que dejó uno de los cohetes lanzados desde Líbano.
REUTERSJERUSALÉN.- El Ejército israelí responsabilizó hoy a "elementos palestinos interesados en arrastrar a Líbano a una guerra con Israel", del lanzamiento esta mañana de tres cohetes contra la Galilea, informó un portavoz militar.
El portavoz también indicó que el Ejército israelí "considera al Gobierno de Líbano y a su Ejército responsables de impedir que se dispare contra Israel desde su territorio".
Según esta fuente, el Comando Norte está "totalmente preparado" para "cualquier desarrollo que se pueda producir".
Esta mañana tres cohetes Katyushas de 122 milímetros impactaron en la región de la Galilea, confirmó el portavoz de la policía israelí, Miki Rosenfeld.
Dos de los cohetes cayeron en la ciudad de Nahariya, uno de ellos sobre una residencia de ancianos en la que causó heridas leves a dos personas y grandes daños materiales, mientras que el tercero impactó en el cercano Kibutz Metzuva sin causar víctimas, indicó Rosenfeld.
Israel respondió a los ataques con cinco proyectiles de artillería disparados contra las posiciones desde donde fueron lanzados los cohetes.
Se trata del primer ataque desde el Líbano desde hace un año. El Ejército israelí se mantenía en alerta en el norte en previsión de que pudiera llevarse a cabo algún ataque desde que inició la ofensiva contra Gaza, el 27 de diciembre de 2008.
La policía ha ampliado las medidas de seguridad a lo largo de la frontera con Líbano, desde Naharía hasta Kiriat Shmoná, donde ha pedido a la población que abra los refugios y que estén preparados para cualquier emergencia.
Vuelve la calma
En tanto, la normalidad se restableció en el norte de Israel después de que cayeran los cohetes y que sonaran las alarmas antiaéreas en varias localidades por temor a nuevos impactos.
"Esta mañana se habían detectado movimientos de tropas en el otro lado de la frontera, pero la situación está ahora tranquila", dijo la soldado israelí, Dora Geisman, destacada en la zona fronteriza.
La vuelta a la normalidad fue confirmada también por fuentes de la misión de Naciones Unidas en el paso fronterizo de Rosh Hanikrá (Nakura), al que el Ejército israelí impide el paso.
El Gobierno libanés condenó los ataques contra Israel y pidió a los servicios de seguridad que investiguen los incidentes.
Asimismo, el ministro de Información, Tareq Mitri, dijo que no pensaba que Hezbollá estuviera detrás de los ataques.
"Hezbollá aseguró al Gobierno libanés que sigue comprometido en preservar la estabilidad en Líbano y respeta la resolución 1701 del Consejo de Seguridad", dijo el jefe de la oficina de Mitri, Toufic Yannieh, citando al ministro.
La opinión de Mitri fue compartida por el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, líder del grupo Amal, principal aliado de Hezbollá.
"Puedo afirmar que no ha sido ni Hezbollá, ni Amal, ni ningún grupo libanés", dijo Ali Hamdan, portavoz de Berri.