Una bandada de pájaros habría causado el accidente.
ReutersNUEVA YORK.- Investigadores trajeron una gigantesca grúa y una barcaza el viernes para ayudar a sacar a una aeronave de la empresa US Airways del río Hudson, un día después que el piloto, en una acción heroica, logró hacer aterrizar el aparato en gélidas aguas, salvando a las 155 personas a bordo.
Las autoridades federales tratan ahora de recuperar la caja negra del avión y de entrevistar a los tripulantes acerca del accidente, causada al parecer cuando una bandada de gansos salvajes se estrelló contra dos motores del avión.
El Airbus A320, construido en 1999, está ahora amarrado a un muelle en el extremo del Lower Manhattan, el sur de la isla donde se encuentra la ciudad de Nueva York.
Los hombres en la cabina, el piloto Chesley B. “Sully” Sullenberger III y el copiloto Jeff Skiles se han convertido en héroes instantáneos por hacer aterrizar el avión y lograr salvar a todos los pasajeros y tripulantes.
Muchos medios de prensa hablan de un “milagro” en el río Hudson, pues si el avión hubiera caído en Nueva York o en Nueva Jersey, el saldo de víctimas hubiera sido muy alto.
Fue un accidente de aviación con una enorme platea de testigos presenciales. El área donde cayó la aeronave el jueves a las 15.30 es una zona donde el río Hudson se estrecha más, al pasar entre las costas de Nueva York y Nueva Jersey. Menos de un kilómetro de ancho separa ambas orillas.
Pasajeros de autobuses, conductores de automóviles, y transeúntes que recorrían Boulevard East, una avenida de Nueva Jersey a orillas del Hudson, así como la Avenida 12 en Manhattan, fueron espectadores de primera fila del lento descenso de la aeronave en el río.
Y muchos pasajeros del transbordador que cruza el Hudson entre Nueva York y Nueva Jersey, a la altura de la calle 39 de Manhattan, y de la calle 48 en Nueva Jersey, no sólo presenciaron la caída del avión, sino a los tripulantes de los transbordadores acudir de inmediato al rescate.
El viernes por la mañana, muchos pasajeros de los transbordadores saludaban a los tripulantes con un “Well done, guys” (bien hecho, muchachos), pues muchos de ellos fueron héroes anónimos en el rescate de las personas a bordo del Airbus 320.
La esposa de Sullenberger dijo el viernes a la cadena de cable CNN que no había estado mirando las noticias de televisión y se quedó asombrada al enterarse de la odisea protagonizada por su esposo, horas después de ocurrida.
“Solía escuchar a Sully decirles a otras personas, 'Es raro para un piloto de aerolíneas tener algún tipo de incidentes durante su carrera”', dijo Lorrie Sullenberger a CNN. “Cuando me llamó, me dijo, ‘Hubo un accidente'. Al principio creí que se trataba de algo sin importancia alguna, pero luego me narró las circunstancias y empecé a temblar como una hoja, y corrí a sacar a mis hijas de la escuela”.
La investigación se realiza mientras se conocieron el viernes más relatos de pánico y de heroísmo. Los padres de una niña de tres años y de un bebé de nueve meses recordaron cómo se habían preparado para el aterrizaje y lograron escapar del avión, que se hundía con rapidez.
“Es bueno estar vivo hoy. Es difícil de creer que acabamos de sobrevivir a eso”, dijo el padre, Martin Sosa, al canal de televisión NBC.
Laura Brown, portavoz de la Administración Federal de Aviación, dijo que el vuelo 1549 acababa de despegar el jueves del aeropuerto de LaGuardia en ruta a Charlotte, Carolina del Norte, cuando se produjo el accidente en el río cerca de la calle 48 a la mitad de Manhattan.
El avión, un Airbus 320, despegó a las 3:26 de la tarde y cayó menos de tres minutos después, señaló Brown.