NUEVA YORK.- Harlem, el histórico vecindario afroamericano de Nueva York, rebosaba alegría el martes mientras Barack Obama juraba como el primer presidente negro de Estados Unidos.
Multitudes eufóricas llenaron los teatros e iglesias y atestaron las aceras para ver los actos de inauguración transmitidos por televisión desde Washington, vitoreando cada vez que el nuevo presidente aparecía en pantalla.
En las calles los automovilistas hacían sonar las bocinas para celebrar."No me perdería esto por nada en el mundo", dijo Erika Greene, una guardia de seguridad que miró la ceremonia en una gran pantalla exterior de televisión colocada en la calle 125, una de las principales del barrio.
Harlem, ubicado en la parte alta de Manhattan, ha sido desde hace mucho tiempo el corazón de la cultura negra de la ciudad y hogar de generaciones de artistas, escritores, políticos y activistas afroamericanos.
"Hemos sangrado, hemos peleado, lo hemos hecho", dijo Greene. "Este es nuestro momento", agregó.
Las lágrimas corrían por el rostro de Sabrina Grandison mientras miraba a Obama tomar juramento en una gran pantalla de televisión colocada en el exterior."Estoy emocionada", declaró. "Esta es una ocasión feliz", agregó.
Los vendedores ofrecían todos los recuerdos imaginables, desde platos decorados con la foto de Obama hasta pasteles de frijoles caseros, denominados "pasteles Obama" por este día.
Más de 1.000 personas llenaron el histórico teatro Apollo, donde la ceremonia de juramentación fue exhibida en una gran pantalla. Un coro de personas abucheó la imagen del saliente vice presidente Dick Cheney.
Afuera, las heladas temperaturas de invierno no lograron arruinar la atmósfera festiva."Podría haberlo visto en mi casa", dijo Sherry Watson, consultora de educación del distrito neoyorquino del Bronx, quien siguió la ceremonia dentro del teatro. "Pero es una ocasión tan trascendental que quería estar con mucha gente", agregó.
La naturaleza histórica del acontecimiento llevó a Janet Bingham, una especialista en hipotecas del Bronx, a desafiar el frío.
"La gente ayudó durante todo el camino, trabajadores por los derechos civiles, esclavos fugitivos, personas que se rebelaron", dijo Bingham. Todos en el pasado y en el presente hicieron su parte para ayudar a que hubiera un día como éste", sostuvo."Es un nuevo día", concluyó.