ROMA.- El Presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, desató este fin de semana otra polémica al referirse a la necesidad de aumentar el contingente de soldados en las calles para evitar las violaciones y garantizar la seguridad.
"Tendríamos que tener (en las calles) tantos soldados como tantas son las bellas mujeres italianas, creo que no lo lograríamos nunca", dijo Berlusconi en la isla de Cerdeña, al comentar los recientes casos de estupro ocurridos en Roma y Guidonia, y el anuncio que hizo de que aumentará a 30.000 los soldados que patrullarán las principales ciudades.
Berlusconi agregó que incluso en el Estado más militarizado y policial se pueden dar casos de violaciones, "por lo que no se puede pensar en sacar a las calles un contingente tal".
Las palabras de Berlusconi fueron duramente criticadas por la oposición y el líder del Partido Demócrata (PD), Walter Veltroni, las calificó como la "enésima broma de mal gusto" del Presidente del Gobierno, "ante el drama de tantas mujeres violadas estos días".
Veltroni agregó que se trata de una nueva demostración de la "escasa responsabilidad y sensibilidad" de Berlusconi ante la violencia que padecen tantas mujeres y que marca sus vidas.
Vittoria Franco, dirigente del PD, manifestó que Berlusconi "habría hecho mejor al callar en vez de ofender a las mujeres" y Luca Volonté, del partido democratacristiano UDC, lo acusó de "irresponsable".
"¿Un soldado por cada bella mujer? Tal vez Berlusconi piensa que todos los italianos somos desenfrenados e irresponsables", dijo Volonté, para quien esas palabras desvelan la incapacidad del Gobierno de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Ante el escándalo desatado, Berlusconi se defendió señalando que sólo se trató de un "cumplido" hacia las mujeres italianas y de no perder el humor y la serenidad, pero que la izquierda de nuevo muestra su "indecencia" y se agarra de lo que sea para atacarle.
En ese intento de calmar la polémica, Berlusconi sostuvo que el estupro es un delito "indigno, incivil y execrable, punto y basta". Pero no lo logró y toda la oposición se le echó encima, diciendo que sus palabras son "incalificables".