ROMA.- El Vaticano calificó hoy de "abominable asesinato" la interrupción de la alimentación artificial a la italiana Eluana, en coma desde hace 17 años, quien fue trasladada a la clínica que aceptó desconectarla de los aparatos que le garantizan la alimentación.
El caso de Eluana ha generado un debate nacional sobre la eutanasia, y protestas y movilizaciones de organizaciones católicas contrarias a la interrupción de la alimentación.
"¡Detengan ese asesinato!", clamó el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, "ministro" de Salud del Vaticano, en una entrevista al diario "La Repubblica".
"Interrumpir la alimentación y la hidratación de Eluana equivale a un abominable asesinato y la Iglesia no cesará de denunciarlo a gritos", aseguró el purpurado.
El cese de la alimentación artificial fue autorizado en noviembre pasado por la Corte de Casación italiana, pero no ha sido aplicado debido a la presión del ministro de Salud italiano, Maurizio Sacconi, quien dio directivas en diciembre que prohíben a los hospitales públicos de cumplir la sentencia judicial.
"La Iglesia defiende la vida y su posición no cambia por un veredicto judicial", comentó el cardenal mexicano.
Eluana Englaro llegó al alba a la clínica "La Quiete" de Udine (nordeste) donde será "desconectada" en unos tres días, según informaron los médicos que la curan.
La mujer, de 37 años, se encuentra en coma irreversible desde el 18 de enero de 1992 tras un accidente vial que la sumió en un total estado de inconsciencia del que nunca salió.
Para el padre de Eluana, que lleva 10 años combatiendo legalmente para que le suspendan el tratamiento, su hija "prefería morir a ser mantenida en vida artificialmente".
Después de que la clínica de Udine anunció en enero que estaba dispuesta a recibirla pese a las presiones gubernamentales y religiosas, numerosos exponentes prelados y políticos han manifestado su contrariedad.
El Papa Benedicto XVI intervino el domingo para denunciar como "inaceptable" lo que calificó de "eutanasia".
"La eutanasia es una falsa solución al drama del sufrimiento" dijo el Pontífice, un acto "indigno para el hombre".