VIENA.- Dos revistas austríacas fueron condenadas a pagar 11.000 euros a la esposa de Josef Fritzl, el jubilado que tuvo encerrada a su hija durante 24 años en un sótano, en concepto de indemnización por la vulneración de su derecho a la intimidad.
La agencia austríaca APA informó hoy que una juez de la Audiencia Provincial de Viena determinó que tres artículos publicados en las revistas "News" y "Woman" violaron la intimidad y el derecho al honor de Rosemarie Fritzl.
La demandante había solicitado en su denuncia 260.000 euros a la editora de las dos publicaciones, que ya ha anunciado que apelará la sentencia.
En su argumentación, la juez encargada del caso se refiere a que los medios condenados publicaron "información detallada sobre la vida familiar" de la demandante con la única intención de "satisfacer las ganas de sensacionalismo de los lectores".
La magistrada recrimina a los dos medios que algunos de sus enunciados fueron formulados para dejar en ridículo a la denunciante.
Además, critica el excesivo morbo y la inexistencia de información objetiva.
La demanda de Rosemarie Fritzl se refería a 13 vulneraciones de su intimidad que, según la legislación sobre medios, podían ser sancionadas con multas máximas de 20.000 euros.
Por otra parte, la juez rechazó una petición de indemnización relacionada con la filtración y publicación del informe psicológico sobre Josef Fritzl, que en marzo próximo será juzgado por homicidio, incesto, violación y esclavitud, entre otros cargos.
Mañana, la Audiencia tratará otra demanda contra el semanario alemán "Spiegel" y un diario sensacionalista austríaco.
Tras destaparse el caso de encierro e incesto, Rosemarie se trasladó a vivir con su hija Elisabeth y con los seis hijos que ésta concibió como consecuencia de las violaciones a que su padre la sometió durante un cuarto de siglo.
Posteriormente, la esposa de Fritzl se trasladó a otro domicilio, lo que generó en los medios austríacos rumores de supuestas desavenencias con su hija.
La propia Elisabeth exculpó a su madre y aseguró que nunca supo nada del encierro al que le sometió su padre.