SIDNEY.- Al menos 14 personas han muerto, cifra que la Policía teme que aumente, en los incendios forestales que han destruido decenas de miles de hectáreas y un centenar de viviendas en los sureños estados australianos de Victoria y Nueva Gales del sur.
El subdirector de la Policía Kieran Walshe indicó que todas las muertes sucedieron en los incendios que intentan controlar en el noroeste de Melbourne, la capital de Victoria, y señaló que el número de víctimas mortales podría llegar hasta los 40.
Walshe explicó que habrá que esperar a que pase la noche del sábado para determinar el número total de fallecidos y la identidad de las víctimas, lo que ocurrirá en la mañana del domingo.
El incendio forestal se originó en East Kilmore, a unos 80 kilómetros al norte de Melbourne.
El fuego creció hasta abarcar una extensión de 1.400 hectáreas, avanzó a través de 30 kilómetros y destruyó un centenar de viviendas de las pequeñas localidades de Wandong, Strathewen, Kinglake y Clonbinane.
"Todo Kinglake está en llamas. Yo vivo a unos kilómetros de la población y escuché explosiones. Cuando llegué a la carretera, había fuego por todas partes,” relató Peter Mitchell a la emisora de radio ABC.
Nueve frentes arden sin control en Victoria y es de noche, lo que dificulta las tareas de los bomberos.
La Policía cree que algunos de los incendios aparecidos hoy fueron provocados.
Australia ha vivido este verano austral una ola de calor sin precedentes con temperaturas por encima de los 46 grados centígrados, pero el cambio en la dirección del viento ha causado que las temperaturas empiecen a remitir en el sur.
La mejoría alivió la situación en Australia del Sur, pero en Victoria avivó los incendios.
Los meteorólogos pronosticaron que los termómetros se mantendrán por encima de los 40 grados hasta el domingo en Nueva Gales del Sur y Camberra.
La temperatura en Melbourne llegó en los pasados días a los 46,4 grados centígrados, el nivel más alto desde 1855, cuando se empezó a registrar este tipo de datos.