LONDRES.- En menos de diez años todos los recién nacidos contarán con su propio mapa genético, lo que permitirá detectar el riesgo de que sufran enfermedades de componente genético y adelantar así el tratamiento, según vaticina Illumina, la mayor empresa biotecnológica del mundo.
El consejero delegado de la compañía, Jan Flatley, asegura en una entrevista que publica hoy el diario británico “The Times” que dentro de una década será técnicamente posible leer el genoma de cada recién nacido, lo que supondrá una “revolución” en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.
Esta iniciativa ha resurgido con el abaratamiento de los procesos de lectura genética. Mientras en 2001 la elaboración de un mapa genético completo costaba 2.700 millones de libras (unos 3.100 millones de euros al cambio actual), ahora el precio ronda las 100.000 libras (114.700 euros).
No obstante, este proyecto podría retrasarse, admite Flatley, por motivos éticos y legales, debido a la desconfianza sobre la privacidad y la seguridad de unos datos tan personales.
El conocimiento del genoma puede dar lugar a abusos, señala Flatley, ya que la información que se obtiene puede comunicarse a empleadores y aseguradoras en perjuicio del individuo, por lo que "hay que crear una legislación que le proteja".
Aún así, el consejero delegado de Illumina apunta que “no se puede garantizar su privacidad al 100 por ciento".
Sin embargo, en su opinión, la mayoría de la gente querrá que se estudie su mapa genético ya que los eventuales beneficios son “mucho mayores” que los inconvenientes.
Para obtener el mapa genético de un bebé basta tomar una muestra de sangre del talón del recién nacido.
Tras examinar las variantes genéticas del niño, se puede identificar el riesgo de que sufra alguna enfermedad de carácter genético e intervenir precozmente para prevenirla.