SYDNEY.- Los peores incendios de las últimas décadas en Australia se han cobrado la vida de al menos 135 personas, según confirmaron hoy las autoridades de la ciudad de Melbourne, en el sur del país.
La catástrofe dejó además más de 400 heridos y se teme que la cifra de muertos siga en aumento. El diario "The Australian" citó hoy una reunión de crisis en la que se consideró la posibilidad de que las víctimas superen las 230.
Las autoridades sospechan que muchos de los incendios fueron provocados. El primer ministro Kevin Rudd se refirió a ese delito como "asesinato múltiple" y la policía adelantó que los responsables enfrentarán acusaciones de homicidio. También en Victoria, el estado más afectado, el gobernador John Brumby anunció una investigación.
Además de los muertos y heridos, el fuego dejó miles de personas sin techo, destruyó más de 750 viviendas y arrasó 3.300 kilómetros cuadrados de terreno. Muchas personas murieron al intentar proteger sus casas, explicó Brumby. También se encontraron numerosos cadáveres en autos calcinados. El pánico ante las llamas provocó una huida masiva, y muchos conductores, cegados por el humo, chocaron entre sí o contra árboles.
Las primeras estimaciones elevan el valor de los daños a 500 millones de dólares australianos (260 millones de euros o 336 millones de dólares). Aún siguen activos 31 focos de incendios.
Las temperaturas récord de hasta 45 grados y los fuertes vientos colaboraron desde el viernes para extender las llamas y provocar la peor ola de incendios en la historia reciente del país. El llamado "miércoles de ceniza" en 1983 había provocado 75 muertos, en tanto que durante el "viernes negro" de 1939 murieron 71 personas.
Miles de bomberos, decenas de miles de voluntarios siguen combatiendo las llamas con ayuda de hidroaviones y del Ejército. También Nueva Zelanda se comprometió a enviar 100 expertos en la lucha contra incendios forestales.