COLOMBO.- Una presunta rebelde tamil mató hoy a 20 soldados y ocho civiles al detonar una bomba en un ataque suicida contra una instalación en las que fuerzas del gobierno procesaban documentos de civiles que están escapando de la zona de guerra en el norte del país, dijeron autoridades.
La bomba fue el primer ataque suicida grande en Sri Lanka en más de un mes y avivó temores de que los separatistas Tigres Tamiles -acorralados por el Ejército y al borde de la derrota- van a emplear cada vez más esas tácticas en su guerra contra el gobierno.
Luego de una serie de victorias, las Fuerzas Armadas han confinado a los rebeldes a una pequeña área en el norte del país, donde la Cruz Roja estima que han quedado atrapados unos 250.000 civiles.
El Ejército ha acusado a los rebeldes de usar a los civiles como escudos humanos y llamó a la población a escapar a zonas controladas por el gobierno. A su vez, los rebeldes acusan al gobierno de bombardear indiscriminadamente la zona de guerra, causando bajas civiles.
Esta mañana, más de 800 civiles habían cruzado las líneas del frente y estaban siendo revisados por soldados antes de ser enviados a campamentos más al sur, dijo el portavoz militar brigadier Udaya Nanayakkara.
Cuando la atacante fue cateada inicialmente, ella hizo estallar la bomba que llevaba, matando a 28 personas, dijo Nanayakkara. El estallido hirió también a 24 militares y 40 civiles.
Imágenes transmitidas por la televisión estatal mostraron a una niña en un vestido púrpura yaciendo sin vida en la tierra. Otros civiles muertos yacían cerca. Sillas plásticas estaban regadas por el lugar y manchas de sangre cubrían el suelo.