AUSTRALIA.- El cuerpo de bomberos de Australia alertó hoy a los habitantes de la población de Healesville, en el nordeste del estado sureño de Victoria, de que un frente de llamas amenaza a la población, cuando la lista oficial de muertos llegó a 173 y las autoridades temen que supere los 200.
"Se trata de un mensaje de peligro urgente para la población de allí. No es crítico, pero el fuego se aproxima y necesitamos pedir a la población que esté muy pendiente porque los vientos están rolando un poco y se prevén fuertes corrientes de aire desde el sur a lo largo del día", explicó el portavoz del cuerpo de bomberos, Tony Bearzatto a la emisora de radio ABC.
Por su parte, el vocero del Departamento de Medio Ambiente, Ian Mansergh, dijo que el viento es el causante de que el fuego comenzara a amenzar las localidades de Healesville, según consigna el diario Herald Sun de Melbourne.
Mansergh señaló también que las comunidades alrededor de las áreas donde permanece el fuego necesitan permanecer vigiladas.
"Todo el Estado es muy seco y el viento se torna muy importante una vez que el fuego ha comenzado", puntualizó.
Unos 4.000 bomberos de todo Australia continúan hoy -lunes en Chile, mañana del martes en Australia-, por cuarto día consecutivo, su lucha contra varios incendios que siguen activos en Victoria, sur del país oceánico.
El frente más preocupante, por estar fuera de control, se encuentra en Yarra Valley, a unos 150 kilómetros al sureste de Melbourne, la capital del estado.
Bearzatto explicó que el número total de víctimas mortales volverá a subir a medida que acceden en los lugares arrasados y remueven las cenizas y los escombros de las zonas residenciales y los coches calcinados.
"Según el ritmo actual y considerando la cantidad de trabajo que queda por hacer, podemos estar otras tres semanas con esto", añadió Bearzatto. Unas 5.000 personas han sido evacuadas, mientras que centenares más permanecen en sus autos o establecimientos comunitarios.
Han comenzado a brotar fricciones entre los desplazados y los cuerpos de seguridad, porque algunos ciudadanos quieren regresar a sus casas para ver qué ha pasado, mientras que la policía no les permitirá regresar hasta que se tenga la certeza de que no hay más muertos en esos lugares, y hasta que los equipos forenses y los investigadores hayan tomado todas las pruebas que necesitan.
Las autoridades han declarado escenarios de un crimen las poblaciones calcinadas, pues se cree que los incendios fueron causados intencionalmente.
Esta oleada de fuego brotó el sábado pasado, cuando una ola de calor sin precedentes, con temperaturas que llegaron hasta los 48 grados centígrados, afectaba al sur de Australia desde hacía dos semanas. Las llamas han destruido hasta la fecha unas 750 viviendas y han arrasado 340.000 hectáreas de terrenos, principalmente bosques.