Un bombero comparte su agua con un koala afectado por el fuego en la zona de Mirboo North.
APSYDNEY.- Los devastadores incendios forestales en Australia han dejado al menos 181 muertos, según el recuento de cadáveres hallados por los equipos de rescate, informaron hoy las autoridades. Sin embargo, se teme que la cifra definitiva supere los 200.
El números supera en más del doble a la de fallecidos en los graves incendios registrados en el país en 1983.
Mientras las llamas, que comenzaron el sábado, siguen devastando bosques y viviendas, excavadoras del Ejército están abriendo caminos para que los equipos forenses ingresen a aldeas que quedaron aisladas, informaron las autoridades de la ciudad de Melbourne.
Además, se comenzó la búsqueda de los posibles responsables, pues los expertos creen que al menos la mitad de los fuegos fueron provocados, en la mayoría de los casos "por aburrimiento" o para "llamar la atención", según dijo el criminólogo Damon Muller. En el estado de Victoria la policía destinó a 100 investigadores para buscar a los autores de los que el Primer Ministro australiano, Kevin Rudd, calificó de "asesinatos masivos".
Sin embargo, se considera difícil su búsqueda debido a que su crimen es fácil de cometer y con frecuencia sin motivo que pueda guiar a la policía a encontrar a los responsables. El resto de los incendios fueron causados por cigarrillos encendidos abandonados o accidentales a partir de vehículos o equipo eléctrico, según los expertos.
Mientras, el fuego seguía quemando hoy la región de Victoria, y de New South Wales y South Australia. Muchos se pertrecharon en sus casas intentando combatir las llamas o huyeron en el último momento. Otros fueron sorprendidos en sus coches. "La gente debe entender que una huida demasiado tardía significa en la mayoría de los casos la muerte", advirtió un bombero de alto rango. Con frecuencia las llamas llegan muy rápido, sin advertencias previas, añadió.
En Strathewen, localidad en la que viven sólo 450 habitantes, se hallaron hasta el momento 26 cadáveres. Según estima el jefe de gobierno del estado de Victoria, John Brumby, unos 50 cuerpos no han sido identificados aún.
Los incendios forestales, comunes en el tórrido verano de Australia, causaron 75 muertes en 1983 y se teme que el fuego de este fin de semana al norte de Melbourne deje una cifra que más que triplique aquella.
La peor catástrofe de las últimas décadas ha destruido ya unas 1.000 viviendas y ha quemado 350.000 hectáreas de bosques. Cientos de personas han sufrido quemaduras y miles han perdido sus hogares. En los populares centros de montaña de Kinglake y Marysville, a 100 kilómetros al noreste de Melbourne, prácticamente no quedó ningún edificio en pie.
Marysville fue declarada "escena del crimen", porque la policía cree que los incendios fueron intencionales.
La compañía de seguros Allianz calcula que las pérdidas para la industria podrían alcanzar los 500 millones de dólares australianos (325 millones de dólares estadounidenses).
Se estima que el fuego arderá durante semanas, por lo que han sido movilizados bomberos de otras partes del país así como del exterior.
Nueva Zelanda se comprometió a enviar a 100 expertos en la lucha contra incendios forestales y un equipo de Estados Unidos podría llegar a Australia esta semana.
Los jefes de los cuerpos de bomberos locales rechazaron las críticas por la supuesta falta de personal y de previsión, dijo el capitán David McGay.