SIDNEY.- Los bomberos australianos han concentrado sus fuerzas para luchar contra dos grandes frentes que arden en el estado de Victoria, sin que haya signos de que la oleada de incendios forestales, que provocaron hace trece días al menos 200 víctimas mortales, vaya a remitir.
Cinco incendios continúan ardiendo en el estado sureño y las previsiones meteorológicas no son buenas: esta noche se producirán nuevas tormentas eléctricas y, el lunes, las temperaturas y los vientos volverán a subir.
El fuego de Wilsons Promontory, un parque natural situado a unos 220 kilómetros al sureste de Melbourne, que acoge las cuencas de recogida de agua para el suministro de Melbourne, ya ha destruido 12.000 hectáreas de bosque.
El terreno es de difícil acceso y los bomberos se ven obligados a luchar desde el aire contra las llamas, que por el momento no han alcanzado zonas pobladas. El otro frente más peligroso es el de Kilmore-Murrindindi, localidades situadas respectivamente a unos 100 kilómetros al norte y nordeste de Melbourne, y que también amenaza áreas de recogida de agua para el suministro de los ciudadanos.
Por otra parte, las fuerzas de seguridad continuarán durante una semana más el rastreo de las zonas afectadas por las llamas en busca de restos humanos. Las autoridades indicaron que no contemplan que el número de víctimas mortales vaya a incrementarse ostensiblemente por encima de los actuales 200 del pasado 7 de febrero, ya que muchos de los desaparecidos están incluidos en esa cifra.
En el hospital Alfred, especializado en tratamiento de quemados, se encuentran ingresados treinta heridos, siete de los cuales están en cuidados intensivos y otros seis en estado muy grave.
El Gobierno australiano ha convocado una Jornada de Luto el próximo domingo, que incluirá una ceremonia en recuerdo de las víctimas en el Rod Laver Arena de Melbourne, con la presencia de autoridades de todo el mundo. La princesa Ana de Inglaterra ha confirmado su asistencia y también visitará los pueblos más afectados.